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La osa merodea por Páramo

Una hembra con dos crías parecen ser las autoras de dos ataques a un mismo colmenar en tan sólo cuatro días y a menos de 500 metros de las primeras casas del pueblo.

Los animales accedieron al cortín ubicado en el paraje de Las tres llamas. Al fondo puede verse la cercanía de las viviendas.

Publicado por
m. j. alonso | ponferrada
Ponferrada

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El oso pardo vuelve a ser noticia en el Alto Sil semanas después de la aparición de la pequeña Jimena —la osezna huérfana encontrada en Palacios por un vecino de Cuevas—. Esta vez, el foco de atención se centra en un cortín ubicado en Páramo del Sil, a menos de 500 metros del casco urbano, en un paraje conocido como Las tres llamas. Un nido de abejas propiedad de uno de los vecinos de este localidad, Daniel Amigo, que ha sido atacado en dos ocasiones en tan sólo cuatro días. Una osa con dos crías parecen ser las causantes de una «trastada» habitual en la época que corre. Cuando termina el período de hibernación, los plantígrados se dejan ver de nuevo en busca de alimento, especialmente miel y cerezas, dos manjares irresistibles para esta especie.

En este caso, los daños no son muy grandes en términos económicos porque el número de colmenas era reducido, pero no hay que olvidar que el destrozo de los colmenares por parte de los osos es uno de los principales ataques, llegando a provocar importantes daños y obligando a la Junta de Castilla y León a subsanar las pérdidas con ayudas específicas a los apicultores. De hecho, según los datos facilitados por la Administración autonómica, el año pasado se destinaron más de 43.000 euros a cubrir los daños provocados por el oso en la provincia de León, ya no sólo en colmenas, sino también en cabañas ganaderas y árboles frutales.

Los hechos acaecidos en Páramo la semana pasada tuvieron lugar durante la tarde-noche del miércoles y la madrugada del domingo, según relató el propietario. Siempre con nocturnidad para no ser vistos y pisar sobre seguro, los osos se acercaron al pueblo en busca de alimento con un objetivo claro: las colmenas. Y es que a tan sólo unos metros de ellas pastaban varias reses que, en ningún caso, sufrieron daño alguno. Que se sospeche que los autores son una hembra y dos crías responde a las señales encontradas en el suelo, algo que no obstante no ha sido concretado, pese a que algunos vecinos aseguran haberlos visto en las proximidades y el propio alcalde de Páramo, Ángel Calvo, tiene constancia de su presencia en las cercanías de Salentinos, una pedanía limítrofe.

Tanto les gustó a los intrusos el manjar probado el miércoles que no resistieron la tentación de volver el domingo, haciendo doble el trabajo de los propietarios, que tuvieron que colocar las colmenas y guardar las abejas para evitar incidentes dada su proximidad con las casas del pueblo y su ubicación en un espacio de pastos para el ganado. Los propietarios no descartan un nuevo ataque. De hecho, se muestran convencidos de que volverá a suceder «pese a que las colmenas no tienen casi miel a estas alturas», aseguraron.