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Tractorada medio festiva

Alrededor de 30 tractores engalanados salieron en procesión en Cacabelos. Un acto que sirvió para reivindicar unos precios más justos para los productos del campo.

Agricultores de todas las edades se subieron ayer a sus tractores engalanados en una marcha también de tono reivindicativo.

Publicado por
m. j. alonso | cacabelos
León

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Engalanados. Adornados con flores y frutas, y haciendo expresa referencia al sector agrícola con remolques convertidos en escenas del campo. Así recibieron los tractores a San Isidro Labrador —patrón de los agricultores— en Cacabelos. Lo hicieron ayer como lo llevan haciendo muchos años. Tantos que el que es su organizador desde hace 16 años, Manuel Asenjo, no recuerda un 15 de mayo sin la procesión y la misa en honor al patrón. Y él ya sobrepasa las 60 primaveras.

Alrededor de 30 máquinas tractoras llegadas de todo el municipio de Cacabelos y también de Carracedelo participaron en una marcha que además de devoción tiene también tintes reivindicativos, los de una profesión que ve aumentar los costes y mermar los ingresos a un ritmo galopante. Un sector que pese a la amplia variedad de problemas que enfrenta diariamente por unos precios «nada justos», se centra en lo más cercano e inmediato, máxime en una época de recortes. Por ello, lo único que Asenjo pidió ayer es lo que viene reclamando desde hace años, el arreglo de los caminos rurales para hacer las fincas más accesibles al paso de los tractores. «Todos los años lo estoy pidiendo y este lo hago con la boca pequeña porque no hay un duro. Eso sí, si queda algo en los cajones a ver si nos dan para los caminos rurales».

Sin lugar a dudas los niños fueron los verdaderos protagonistas. Subidos en los remolques los tractores mostraron a quienes les observaban desde las aceras la verdadera riqueza del Bierzo, los frutos que da su tierra. No faltaron peras ni manzanas ni, por supuesto, las primeras cerezas de la temporada, que colgaban en racimo de la imagen del patrón, San Isidro Labrador. Algunos pequeños ocuparon también el asiento del conductor, escoltados por sus padres o abuelos. Son ellos los que seguirán adelante con esta festividad, permitiendo que no caiga en el olvido. Al menos en eso confía el actual organizador, que piensa ya en un relevo.

Tras el acto procesional hasta el campo de San Isidro y la misa de campaña allí celebrada, la jornada prosiguió con una comida de fraternidad, diversas actividades infantiles, música, una merienda, verbena y una gran chorizada con más de 2.000 chorizos, el mismo número de panes y el doble de vasos de vino. Así, copa en mano, despidió Cacabelos a San Isidro hasta el año próximos, cuando los agricultores vuelvan a salir a la calle.

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