Diario de León

MICRÓFONOS DE ORO. PONFERRADA SE PREPARA PARA LA GRAN GALA | Luis del Olmo. Locutor radiofónico

«Podrá haber un parón en los Micrófonos, pero el finiquito definitivo yo no lo veo»

Luis del Olmo regresa hoy a su tierra con la mente puesta en la celebración de la gala de los Micrófonos de Oro, que por segundo año consecutivo se desarrolla en el Bergidum. De este cambio destaca el cóctel en el Castillo templario y agradece la implicación de los empresarios de la comarca «porque sin ellos esta gala no hubiera podido llegar a buen puerto», resalta.

Imagen del locutor berciano Luis del Olmo.

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A. Calvo | ponferrada
Ponferrada

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Luis del Olmo regresa a Ponferrada un año más con la gala de los Micrófonos de Oro. Ya son diez años de este evento que está estrechamente ligado a la ciudad. Tanto, que si se organizara en otro lugar, el locutor rompería su vinculación con la Federación de la Radio y la Televisión.

—¿Cómo se presenta la gala de los Micrófonos de Oro de mañana?

—Tenemos verdadero pánico a que esto termine. También han llegado los recortes a la organización de los micrófonos, pero gracias a la colaboración de los empresarios bercianos se ha podido llevar a buen punto esta fiesta. Este año sabíamos desde el principio que el Ayuntamiento de Ponferrada no podía aportar ni un euro porque tiene otros problemas más serios que los micrófonos, y esto lo entendíamos. Ahora, gracias al apoyo de Telefónica e Iberdrola y a los empresarios locales, empezando por los hoteleros que ceden el 90% de las habitaciones, hemos podido llegar a esta edición, que será una de las más importantes, aplaudidas y coloristas.

—El alcalde de Ponferrada ya ha avanzado que si no cambia la situación económica ésta será la última gala. ¿Lo ve de la misma manera?

—Tiene razón el alcalde, si efectivamente no hubiera habido esa respuesta del empresariado y de las dos firmas nacionales, no hubieran salido las cuentas. A los empresarios no se les puede pedir más. El papel de pedigüeño tampoco me gusta, pero por salvar los micrófonos todos estamos empujando.

—¿Qué destacaría de los actos de este año?

—La participación de los pendones de la Maragatería, de esa hermosa comarca leonesa, que estarán presentes haciendo el arco a los premiados en su paseo hacia el Bergidum por la alfombra roja. Este será un toque de colorido que no han tenido las otras ediciones.

—Mañana se celebrará la décima edición de los Micrófonos de Oro. ¿Cuál es el balance de estos diez años?

—Nosotros no podíamos ni soñar que en una ciudad tan pequeña como la nuestra se podría organizar este evento. Mañana habrá 150 medios de comunicación invitados que informarán de lo que aquí suceda. El resultado no puede ser más positivo.

—Pero el futuro no se presenta muy halagüeño.

—Si el año que viene no se puede celebrar la gala por falta de presupuesto, hay que pensar que la crisis y los recortes no son para toda la vida. Si el año que viene no hay gala, volveríamos a intentarlo al año siguiente o al cabo de dos o tres años. No me gustaría enterrar la fiesta de los Micrófonos de Oro. Podría haber un parón pero el finiquito definitivo yo no lo veo.

—En el caso de que hubiera un parón, ¿cree que la gala podría celebrarse en otra ciudad o los micrófonos son de Ponferrada?

—Los micrófonos son de la Federación Nacional de Radio y Televisión, pero yo soy presidente honorífico y convenzo a mis compañeros para que se hagan en Ponferrada. Si algún día dejan de hacerse aquí yo me desengancharía de la federación. No entiendo y no sitúo en otro lugar la entrega de los Micrófonos de Oro.

—La reducción de presupuesto ha obligado a modificar el formato. ¿Qué destacaría de la estructura actual?

—Lo que hace más brillante ahora la fiesta es la cena fría que se hace en el Castillo. Los invitados llegan a un lugar donde todo el pueblo participa, miles de personas aplauden y les dan su cariño, además de todos los que pueden entrar a la gala. Luego ese cóctel en el Castillo, que evita los altos costes de cuando se hacían en el pabellón de deportes, resulta que tiene un duende especial. La fortaleza, en una noche de luna preciosa como la que vamos a tener mañana, la gente se mirará y no sabrá si mirar las piedras milenarias o a los invitados vestidos de gala.

—¿Cuál es su futuro en las ondas después de 40 años detrás de los micrófonos?

—No lo sé. Yo vengo retirándome desde hace 20 años, pero la radio me gusta cada vez más. Creo que la veteranía es un grado y yo esta mañana hice el programa 11. 755 y la experiencia sirve para sorprender cada día a los oyentes. No sólo me encuentro feliz me encuentro entero para amenizar la fiesta de la mañana.

—¿Ya se ha recuperado de la estafa de su administrador y amigo?

—Te acostumbras a todo. Lo más importante, que es la salud y la amistad, no me las ha podido robar este sinvergüenza, mi ex administrador. Ya me han advertido de que tengo que perder las esperanzas de recuperar ese dinero que gané durante años honradamente.

—Los mineros han vuelto a la carga tras el recorte de las ayudas. ¿Cómo ve el sector?

—Estoy siguiendo el mundo de la mina que tanto afecta al Bierzo. Estoy hablando con ellos directamente, incluso durante los cortes de carretera y con los que están encerrados en Santa Cruz hasta que la Administración les dé una salida. Yo espero que el ciudadano se dé cuenta de que tenemos que recortar, pero hay recortes y recortes, porque el recorte en la minería es pecado mortal. Esa gente que deja la vida madrugada y cada tarde en el pozo. Hay que verlos trabajar a esos metros de profundidad, sin poder respirar y dejando el alma en la extracción de carbón. Confío en que la gente lo entienda y el Gobierno no les dé ese palo que anuncia.

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