El Bierzo recoge tres millones de kilos de cereza pero sólo cien mil con marca
El precio medio que se ha pagado este año por esta fruta ronda el euro por kilo.
Un momento de la recogida de cerezas en la campaña del año pasado.
La cereza del Bierzo tiene renombre, sin embargo, los fruticultores no apuestan por su profesionalización. Este año, los árboles de la comarca han producido al menos unos tres millones de kilos, de los que menos de cien mil han pasado por las centrales, las cooperativas o las empresas frutícolas, dándoles una marca. A pesar del resultado que ha dado la marca de garantía a la manzana reineta y a la pera conferencia, la mayor parte de las cerezas continúa vendiéndose entre amigos y familiares o en puestos de carretera, a pesar de las críticas de las empresas y las cooperativas.
El director técnico de la Asociación Berciana de Agricultores, Pablo Linares, destacó que a pesar de que hace un par de años se intentó profesionalizar y crear una marca de garantía para la cereza con el objetivo de sacar más rentabilidad a los árboles formando cooperativas de socios, los fruticultores desoyeron la iniciativa. «La gente tiene los cerezos como unos ingresos extra, pero el gran bloque de la producción se centra en la venta entre particulares», comentó. De este modo, gran parte de la producción no puede ser controlada y carece de marca, ya que su venta va por cauces alegales.
Media tonelada de las cerezas recogidas en la comarca han sido transformadas y sometidas a un proceso industrial para darles salida en el mercado. La variedad francesa o bicolor es la más usada para convertirla en confituras, que tienen como principal destino el mercado alemán. El precio que se paga al productor, en este caso, ronda una media de 52 céntimos.
Las únicas cerezas del Bierzo que salen con certificado de marca son las producidas por los doce socios de la Sociedad Agraria de Transformación Agrimor, como destacó su secretario, Alberto Arias, quien destacó que realizan toda la trazabilidad de la fruta. Es decir, que se registra todo el proceso desde el primer abonado o los tratamientos fitosanitarios hasta el recogido final de la cereza. Esta sociedad ha recogido este año unos 40.000 kilos de cerezas, con la marca que registraron hace ya más de cinco años.
Una de las cooperativas que más cerezas ha facturado este campaña es Cofrubi, alcanzando los 15.000 kilos. Cafribierzo le sigue con seis mil kilos y Frutas Villanueva este año tan sólo ha trabajado con unos 50 kilos de cereza. De este modo, tan sólo unos cien mil kilos, lo que representa poco más de 3% de la producción, ha pasado por las manos de las principales empresas y cooperativas frutícolas en esta campaña. El precio, que suele variar bastante, se ha quedado este año rondando el euro, según la mayoría de las empresas que trabajan con esta fruta, ya que su calidad ha sido menor. Algunos llegaron a apuntar unos tres euros el kilo para las piezas de mayor calidad.
Los tres millones de kilos de producción es una cifra similar a la de otros años, aunque la situación de esta fruta hace difícil calcular cuántas hectáreas se trabajan anualmente en la comarca, donde no existe ninguna asociación ni organismo que controle la producción de las cerezas. «El embudo no tiene la misma anchura para todos y hay a algunos sectores a los que se les exige más requisitos que a otros», señaló el secretario de Agrimor, en relación a las condiciones impuestas a la agricultura y a las cerezas. Linares precisó que no se descarta que, en un futuro, se vuelva a pulsar a los fruticultores de cereza para que inicien un camino común con el objetivo de sacar mayor rentabilidad a su árboles.