Diario de León

Los ERE vigentes para un millar de obreros carcomen las bases de la industria del Bierzo

Sector eólico, vidrio, acero y transformados, sin contar la situación minera, son los más afectados.

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M. Félix | Ponferrada
Ponferrada

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A nadie se le descubre nada contar en estos momentos que la industria del Bierzo está tocada. La cartera de pedidos en las principales empresas se ha dado un gran batacazo y los expedientes de regulación de empleo están minando los cimientos de un sector que ha sido y es clave en la economía local. Del pleno empleo estadístico de hace apenas cinco años se ha pasado a cifras de paro en el sector por encima del 60%. Las principales industrias que conforman el tejido económico avanzan renqueantes y con graves problemas ante los azotes de una crisis generalizada que comenzó de manera visible por el sector de la construcción, pero que está arrastrando a sociedades claves que generaban mucho trabajo en la comarca, y que a su vez permitían una dinámica de riqueza, truncada ahora en gran medida.

Tan sólo tres industrias del Bierzo —Vitro Cristalglass, LM Wind Power y Aceros Roldán, consideradas entre los buques insignia— tienen en estos momentos inmersos en una gran incertidumbre a un total de 1.010 trabajadores. De una u otra manera pende sobre ellos de manera directa un ajuste laboral, bien comenzando con un expediente de regulación de empleo temporal (ERE), bien terminando con otro de extinción, incluso con el proceso concursal encima de la mesa de los tribunales para echar el cierre.

Aunque es difícil obtener un dato exacto sobre el número de trabajadores de la industria que han perdido el trabajo en la comarca desde que ha comenzado la crisis económica (el Bierzo no es provincia y su estadística computa como un todo en León), sindicatos y patronales la sitúan por encima de los 3.000 puestos. Aquí no sólo se incluirían los, por ejemplo, mil empleos directos de la eólica LM Wind Power, situada en el polígono industrial de La Llanada (Ponferrada), dado que llegó a dar trabajo en su época de bonanza a 1.200 personas y ahora se encuentra en las 159 nóminas. Han sido muchas las industrias y talleres auxiliares, más modestos en la creación de empleo, que se han visto obligados a echar el cierre porque las grandes firmas han dejado de solicitarle servicios.

Otro ejemplo constatable del descalabro industrial y debilidad del tejido económico que estaba vinculado a las grandes factoría lo conforma la empresa Coiper 2000. En enero de este año cerró con la aplicación de un ERE de extinción. Hasta ese último mes las fábricas de torres de sustentación de las palas eólicas mantenían en plantilla a 66 trabajadores, pero la empresa del metal llegó a tener 730 personas en nómina.

Empresas de referencia en el Bierzo como ha sido Friger, dedicada desde décadas a la fabricación de maquinaria de frío industrial y para hostelería, está en las últimas. Sus factorías de Montearenas y Toral de los Vados crían telas de araña, lo mismo que los bolsillos de sus empleados, que aún siguen batallando para poder cobrar las indemnizaciones que consideran les corresponden. Aquí, los últimos de Friger son un centenar de operarios que, dentro de la tragedia laboral, paradógicamente han respirado de alivio al conocer que un juzgado de lo social de Ponferrada reconoce la insolvencia de la empresa y ello permitirá a los trabajadores acudir al Fogasa. Este tipo de dramas, aunque no tan llamativos por no afectar a muchos trabajadores de una vez, se han sucedido por todo el Bierzo.

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