El adiós a un hombre crítico
José Luis García Herrero fue una persona polifacética, fiel a sus convicciones, leal . con sus amistades pero, sobre todo, un escritor con gran capacidad para indignarse.
José Luis García Herrero en una de sus últimas fotografías.
Tenía todos los atributos de un triunfador: formación, convicciones, valentía, inconformismo y gran sentido crítico. Y triunfó. Ponferrada despidió el jueves a uno de los hombres más polifacéticos de cuantos ha conocido. Escritor empedernido de ensayos, artículos de prensa y poemas; proyectista de obra civil, político activista, profesor, sociólogo y defensor a ultranza de lo público. José Luis García Herrero falleció a los 78 años y será recordado en el Bierzo como una figura insigne en el campo de la cultura, al que regaló cuatro publicaciones, la última dedicada a su padre, Juan García Arias, último alcalde republicano de Ponferrada, fusilado. Fue precisamente este hecho el que marcó toda su vida, dedicada en buena parte al Partido Comunista.
Miembro del comité provincial y candidato al Senado por el PCE —recuerda su viuda, Amparo Carballo— pocos votos le apartaron de ser el primer senador en representar estas siglas por León. No obstante, la base de su actividad profesional estuvo en Endesa, empresa que le dio el retiro como director de Recursos Humanos. Pero también hasta allí extendió sus fuertes convicciones, siendo la cabeza pensante de la Plataforma de Defensa de la Empresa Pública, nacida en la década de los 90 para luchar contra la privatización de la eléctrica. De hecho, en muchos de los artículos de opinión publicados en DIARIO DE LEÓN dejó muestra de tal actitud. «Lo que es de todos, lo público, se merece, nos merece, el mejor de los tratamientos, el mayor respeto, la mejor gestión», expresó en 1996 en Debate , la columna que escribió para este periódico.
La misma lealtad que le unía a sus ideas, la aplicaba a sus amistades. Gran amigo del también desaparecido Ramón Carnicer, mantenían copiosas conversaciones telefónicas casi a diario. «Fue uno de los amigos más leales que tuvo mi padre. Ambos compartían una gran capacidad de indignarse ante las cosas y siempre tenían mucho de que hablar», recuerda el hijo del escritor villafranquino, Alonso Carnicer. También su viuda, Doireann MacDermott, quiso tener ayer unas palabras en recuerdo de García Herrero. «Era un hombre muy valiente e inteligente, quería mucho a mi marido y con nosotros era muy bueno», explicó, recordando —en un plano más intimista— que con ella hablaba especialmente de perros, puesto que para ambos eran una pasión. «Adoraba a su perrita, de raza pomerania», recuerda Doireann.
La hija del director de la revista Aquiana, Ignacio Fidalgo Piensos; recuerda a José Luis García Herrero como una persona «inconformista» y destacó también su afán crítico. «Era un hombre con muchos intereses culturales y sociales, preocupado por todo lo que le rodeaba», explicó Elena Fidalgo. Preocupado por todo, también por su adiós. Un adiós al que ya se refirió en el poema El punto final , Premio de Poesía Diario de León en 1978. «Cuando deje de ser/ esto que apenas soy/ no vayáis a mi lecho a poner flores/ no digáis las palabras aprendidas/ no alteréis vuestro ritmo/ y compostura [...] Todo ha de ser así/ como ha sido:/ sencillo, elemental, incomprensible/ un acto instrascendente/ una broma pesada de la vida».