Savia joven para el hórreo más viejo
Los vecinos de Balouta salvan de la desaparición a uno de los ejemplos más ancestrales y típicos de su arquitectura rural tras una inversión de 16.000 euros .
Aspecto que presenta en la actualidad el peculiar hórreo de Balouta completamente restaurado.
Estaba que se caía a pedazos y seguía en la cola, como algunas pallozas en proceso de descomposición. Su típica techumbre de paja presentaba un aspecto raído, como si lo hubiesen comido por tiempos los ratones o un ejército de termitas. Incluso su pétrea y robusta estructura sobre la que se asienta ofrecían desconchones por sus cuatro lados. Y de pronto, casi ya aparcado en el rincón de los olvidados, la intervención del Ayuntamiento de Candín y también del Instituto Leonés de Cultura lo ha convertido con su recuperación y lavado profundo de cara y resto de estructura en un verdadero atractivo turístico. Estamos hablando del logro de recuperar el que los técnicos de Cultura y los lugareños consideran como el hórreo o la construcción más antigua, de formas más puras y autóctonas de todos los pueblos de los Ancares bercianos.
Ahora, quien visite estos días de verano el típico pueblo de Balouta, percibirá ya desde lejos el cambio de la techumbre de este peculiar hórreo, que parece querer fusionar lo autóctono con la forma del asturiano y el gallego y generando a su vez con ese eclecticismo una construcción propia y única de la zona.
El «teito», elaborado con un tipo de paja especial y con una colocación de sabiduría que sólo la mano de los entendidos que han aprendido el oficio de generación en generación (cada vez quedan menos), ha permitido rejuvenecerlo por completo. Todo sin perder el carácter ancestral de una construcción pensada para guardar en perfecto estado de conservación enseres y alimentos de sus moradores.
El alcalde de Candín, José Antonio Álvarez Cachón, no ocultaba su satisfacción al comprobar cómo se ve ahora recuperada una parte de la historia de estos pueblos, que hoy en día atraen al turista como una especie de museo etnográfico a la intemperie.
Para un municipio como Candín, con bajos recursos económicos por su escasa población, poner fondos municipales para recuperar una de estas construcciones no deja de ser significativo por lo costoso. Pero, desde el Ayuntamiento no se lo han pensado más y aportaron un total de 9.220 euros. El resto, los casi 7.000 hasta completar los 16.000 del presupuesto los puso otro de los organismos públicos, dependiente de la Diputación, el Instituto Leonés de Cultura, cuyo fin es precisamente evitar que se pierda una parte del alma y las raíces de los pueblos de la provincia.
Se cambio no sólo la cubierta de paja, sino también se aplicó un rejuvenecimiento de parte de la madera del hórreo y la piedra de la base. «Se trata de una edificación única y originaria de Ancares; es el que se ha conservado mejor desde siglos y, aunque estaba mal y era necesaria su recuperación y restauración, era también uno de estas edificaciones ancestrales más y mejor conservadas», significaba el alcalde.
Y esto es así, porque un importante número de pallozas (la mayoría de ellas de propiedad privada) se han perdido precisamente por no existir acuerdos y predisposición.
Por un lado, de los dueños de estas pallozas y, por otro, por la remolonería de una Administración que no ha mostrado decisión para actuar como este caso con el hórreo.