Diario de León

El alcalde teme el impacto del incendio de Pereda en la atracción de visitantes

La aldea, víctima del mayor fuego en el Bierzo, es la más equipada en Los Ancares.

Las llamas, el pasado sábado, en su aproximación por el monte sobre algunas viviendas de Pereda de Ancares.

Las llamas, el pasado sábado, en su aproximación por el monte sobre algunas viviendas de Pereda de Ancares.

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r. arias | ponferrada
Ponferrada

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La lluvia apagó ayer el incendio que desde el pasado sábado se cebó, de nuevo en la frontera entre el verano y el otoño, sobre el valle de Los Ancares. Pero los rescoldos del fuego, más allá de los del bosque, todavía tardarán bastante enfriarse definitivamente. El de Pereda de Ancares, en el municipio de Candín, no sólo se ha convertido en poco más de 48 horas en el mayor —por superficie calcinada— de todos los que han atacado los montes bercianos en lo que va de temporada. El alcalde de Candín, el popular José Antonio Álvarez Cachón, se lamentó ayer amargamente además de por las pérdidas dentro del ámbito natural, por el impacto que el fuego va a tener en el campo del turismo rural que tanto está mimando su ayuntamiento.

La población de Pereda de Ancares, dentro del espacio paisajístico privilegiado de esta zona del Bierzo rayana con Galicia, es en estos momentos la que concentra algunas de las principales infraestructuras de alojamiento y esparcimiento del área. Pereda dispone de un camping, de un centro de turismo rural y otras áreas en las que es posible el solazamiento de los visitantes del resto de las aldeas del valle.

Por ese motivo, el regidor local de Candín se manifestó ayer en tono bastante compungido ante la perspectiva de que la huella devastadora que ha dejado el incendio sobre los parajes verdes que rodean la localidad represente un hándicap a la hora de mantener la atracción constante de turistas.

Castaños centenarios

«Además del camping y el CTR, existe una palloza restaurada que es una especie de símbolo del cuidado con el que sobre todo en Pereda se está construyendo y rehabilitando para estar en la mayor sintonía posible con el privilegiado entorno natural que nos rodea», explicó Álvarez Cachón.

Sin querer menguar ni un ápice al efecto del fuego sobre el medio ambiente, el alcalde sí que subrayó que la mayor parte de la vegetación arrasada fue monte bajo de brezo. Aunque no ocultó que también ha sucumbido bajo las llamas una prometedora mata de roble, y lo que es peor varios ejemplares de castaños centenarios, irrecuperables

El incendio de Pereda, en términos cuantitativo y por el peligro que en un principio representó incluso para la población, se coloca lamentablemente como el mayor de los que se han sucedido esta temporada en el Bierzo. Sus 650 hectáreas de superficie abrasadas —matorral en su mayoría— se sitúan muy por encima en este ranking negro de las 500 que acabaron calcinándose en el que tuvo lugar a principios de este mes en Lombillo (Ponferrada) y también de las casi 300 que acabaron arrasadas a principios del verano en la localidad de Villarino, en el municipio de Palacios del Sil.

Más lejos en esta clasificación de daños se sitúa el incendio en el Pajariel, a finales de agosto, en el que pese a su espectacularidad por sus proximidad al casco urbano se la capital berciana, el número de hectáreas quemadas se quedó en un centenar.

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