La oferta de Prado por Vitro asciende a 9,6 millones de euros, pero caducará en un mes

 La compañía Tvitec, que dirige el industrial berciano Javier Prado, presentó ayer a primer hora de la mañana en el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid y también ante el administrador concursal de la quiebra de Vitro Cristalglass su oferta en firme por el núcleo central de producción de la multinacional mexicana en La Rozada (Toral de los Vados).

La documentación presentada por Técnicas del Vidrio Transformado (Tvitec) se cierra con una cifra de 9,6 millones de euros (IVA incluido) por la adquisición en conjunto de todas las naves de La Rozada, la maquinaria destinada para la fabricación y también las existencias de vidrio y de otras materias primas que forman parte del inventario concursal.

La copia de la oferta ya está en manso asimismo de los responsables de la Junta de Castilla y León con los que en el último mes, a través de la Consejería de Economía y la Dirección General de Industria, se han mantenido contactos constantes para tratar de que la operación llegue a buen puerto. Sobre todo porque en el marasmo socioeconómico que sacude a la comarca del Bierzo, la reflotación parcial del buque vidriero hundido por la multinacional a principios del pasado mes de julio supondría un soplo de aire revulsivo.

La propuesta de la familia Prado por el centro fabril de Vitro Cristalglass, sin embargo, cuenta con fecha fija de caducidad. La posibilidad de reabrir La Rozada aunque en principio sea con un 10% de la plantilla que llegó a ocupar —unos 360 operarios— podría evaporarse si la propuesta encuentra demasiadas trabas en el terreno judicial o empresarial.

A partir  de su presentación, ayer 28 de septiembre, la vigencia de la oferta de 9,6 millones de euros es, según ha podido conocer este periódico, exactamente de un mes. Una vez expirado ese plazo, los Prado renunciarían a seguir adelante con la adquisición de los bienes del inventario concursal de Vitro Cristalglass.

Optimismo

En todo caso, en círculos financieros se interpreta que no será en el campo judicial donde se pueden encontrar más reticencias para liquidar una operación, que al margen de lo económico cuenta con una importante proyección social para el territorio. El optimismo es la nota predominante entre los promotores de la operación en torno al visto bueno que pueden otorgar tanto el administrador del proceso concursal de Vitro como el titular del Juzgado de lo Mercantil número 6 que tutela la quiebra. Entre otras razones, porque la suma ofrecida se considera más que suficiente.

Ampollas mexicanas

No obstante, también existe una plena constancia de que entre los socios de la multinacional mexicana, enfrentada a los fundadores de Cristalglass sobre todo después de la salida de Javier Prado de la gestión de la filial en el 2004, la perspectiva de que estos se vuelvan a hacer con el control de las fábricas es algo que levanta ampollas.

En buena medida, la «recompra» del complejo de Vitro en La Rozada enfrentaría a los ejecutivos del conglomerado de Monterrey a su supuesta incapacidad para salvar de la bancarrota a su filial europea, que acumuló durante los últimos ejercicios pérdidas por más de 50 milllones de euros y acabó en concurso con  una deuda de 25 millones de euros. Un lastre que se remató con el despido de 421 trabajadores en La Rozada y en la planta de Camponaraya.