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Alonso presenta dos ERE para cien mineros de Cerredo y los de Santa Cruz

Los operarios de la Gran Corta regresan mañana al tajo tras desconvocar la huelga.

Alonso (al fondo) se reunió en León con los comités de Coto Minero y Uminsa.

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m. j. alonso | ponferrada
Ponferrada

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La reunión que ayer mantuvieron en León los miembros de los comités de empresa de Coto Minero Cantábrico y Uminsa con Victorino Alonso resultó peor de lo que los trabajadores esperaban. El empresario puso sobre la mesa el escenario más negro posible. Además de presentar formalmente un plan de ajustes sin precedentes, la patronal planteó un nuevo expediente de regulación de empleo todavía por perfilar que afectaría a la práctica totalidad de los trabajadores de Uminsa en la mina de Santa Cruz del Sil. Una regulación totalmente independiente de la que ya ayer entró en vigor para los 180 mineros de las subcontratas de interior. Asimismo, Alonso ha apuntado otro ERE temporal que afectaría a la mitad de la plantilla de CMC en el pozo de Cerredo, donde a día de hoy trabajan unos 250 operarios.

En el caso del Grupo Santa Cruz, el comité intercentros de Uminsa lo tiene claro. «Lo que quieren es iniciar el desmantelamiento de la mina. Se quedarán trabajando sólo algunos para recuperar maquinaria y material con el fin de cerrarla, el resto se irán al ERE», explicaron fuentes del comité, adelantando que cuando concluya la vigencia del citado expediente, ninguno de los mineros volverá a este pozo, sino que serán reubicados en Tineo o Cerredo. «Peor que esto imposible», se lamentaron los representantes de los trabajadores.

Ahora, los comités de empresa de los grupos afectados serán llamados a un encuentro en el que la patronal les explicará los puntos del nuevo ajuste laboral planteado. Será entonces cuando se conozca el número exacto de afectados y las condiciones reales.

Los expedientes de regulación planteados en las dos empresas matrices constituyen la punta de lanza de un reajuste general de las condiciones laborales que incluye, entre otras cosas, una reducción en los salarios de entre el 25% y el 37,5%, la eliminación de la paga extraordinaria y del vale del carbón, la ampliación de la jornada laboral y un largo etcétera que los mineros no están dispuestos a asumir. Para ellos, lo planteado por Alonso es una aberración, una «burrada» y el signo más claro de que lo que quiere el empresario son «esclavos».

La reunión de ayer abrió oficialmente el período de consultas para el texto planteado. El día 31 de este mes, Victorino Alonso volverá a reunirse con los comités de Coto Minero Cantábrico y Uminsa en Villablino y Alinos sin cerrar la vía al diálogo, aunque los sindicatos están convencidos de que no habrá acuerdo alguno y al final el empresario tratará de imponer sus condiciones. Eso sí, adelantan lucha en los juzgados y no se plantean iniciar una nueva huelga, pues eso no haría más que empeorar su situación.

El fin de la huelga

Mientras Victorino Alonso sigue dibujando un panorama nada esperanzador para la minería, los trabajadores del cielo abierto La Gran Corta de Fabero decidieron ayer en asamblea desconvocar la huelga indefinida en la que están inmersos desde el pasado 23 de agosto. Así lo adelantó el secretario provincial de MCA-UGT, Manuel Luna, que explicó que los mineros de Jarrinas y La Inglesa regresarán al tajo mañana mismo, ya que han dedicado la jornada de hoy a confirmarle formalmente a la empresa el fin de una huelga motivada por la intención de Alonso de aplicar turnos rotatorios en los cielos abiertos.