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La falta de fondos obliga a Beda a despedir personal y subir la cuota

Publicado por
m. j. alonso | ponferrada
Ponferrada

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Al igual que les ha pasado a otros colectivos sociales de la comarca, el retraso en el pago de las subvenciones por parte de las administraciones también ha puesto en serios apuros a la Asociación de Alcohólicos Beda, que desde principios del verano ha tenido que acometer una reestructuración que ha obligado a la dirección del colectivo a prescindir de dos psicólogos y elevar en 20 euros la cuota mensual de los usuarios, que han pasado de pagar 50 a 70 euros, según explicó la trabajadora social del centro que Beda tiene en Ponferrada, Ana Fernández. Además, el personal cobra de manera irregular desde el pasado mes de abril. Sólo la ayuda de 9.900 euros que la Junta de Castilla y León ingresó en el mes de agosto les permitió afrontar parte de la deuda salarial.

Subvenciones pendientes

Ahora, los trabajadores de Beda confían en que la Administración autonómica libere lo antes posible los más de 30.000 euros correspondientes a la ayuda pendiente del presente ejercicio. «Llevamos mucho tiempo en esta situación y con los 9.000 euros que nos adelantaron apenas hemos podido cubrir parte de las nóminas y pagar a los proveedores y gastos», explicaron fuentes del centro, recordando que ésta es la situación más crítica que recuerdan desde que abrieron sus puertas en el Bierzo en el año 2008.

Los tres trabajadores fijos que se mantienen en su puesto trabajan actualmente con unos 80 pacientes mensuales, entre enfermos y familiares. También se han reducido a la mitad las consultas médicas, pasando de dos a una por semana. Asimismo, algunos usuarios han tenido que abandonar la terapia ante la imposibilidad de afrontar el pago de la cuota y el centro está prescindiendo de servicios fundamentales en el tratamiento del enfermo. La trabajadora social recordó que desde agosto no trabajan con grupos de familias por la escasez de personal.

Entre las opciones contempladas para reducir gastos, la dirección de la asociación estudia también la posibilidad de reajustar los horarios y los días de atención. «Esta situación nos obliga a plantearnos una reestructuración global», aseguró Ana Fernández, considerando que «todo el mundo que lo necesite debería tener la posibilidad de acceder a un centro de estas características».

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