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Mineros del pozo Santa Cruz, llevando la comida a sus compañeros encerrados, en una imagen del pasado mes de julio.

Ponferrada

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Setenta años extrayendo carbón, el último cuarto de siglo en manos de Victorino Alonso, terminaron ayer con la entrada en vigor del ERE de suspensión de empleo para 45 de los 77 trabajadores de la última mina de interior de la cuenca de Fabero-Sil, el pozo Santa Cruz. A partir de ahora, los últimos 32 mineros de la plantilla trabajarán durante unas semanas más para cerrar como es debido una mina que ha alimentado a miles de familias desde los años de la posguerra y que Alonso adquirió al empresario Victoriano González a finales de los años 80. La aplicación del ERE en Santa Cruz coincidió además con el de Coto Minero del Cantábrico, otra empresa del grupo Alonso, y que deja sin empleo a otros 230 trabajadores, según las últimas cifras difundidas ayer por la empresa.

A Alonso, que todavía emplea a más de dos mil trabajadores en sus explotaciones mineras y en sus industrias afines ya sólo le queda una pequeña mina subterránea en el Bierzo. Se trata de Antracitas de Salgueiro, que da trabajo a una treintena de productores en Torre del Bierzo.

El cierre del pozo Santa Cruz se produce apenas tres meses después del fin de uno de los encierros más largos de la historia de la minera, en un intento infructuoso por hacer cambiar al Gobierno sus planes de recortar las ayudas al sector. Y ha sido, insiste el grupo Alonso, la política del Gobierno la que ha obligado a adoptar «planteamientos de producción más reducidos», convencido como está el empresario de que nada volverá a ser como antes. «Los recortes no son coyunturales», insistió la portavoz reconociendo que el cierre es definitivo.

El PSOE pide diálogo

Por otra parte, el secretario general del PSOE en Laciana, Miguel Ángel Álvarez Maestro, pidió ayer a la empresa y a los sindicatos «que abran nuevos cauces de diálogo» para mejora la «situación crítica» de los trabajadores del grupo. Álvarez Maestro también instó al Gobierno y a la Junta de Castilla y León que modifiquen el impuesto ambiental a las eléctricas para estimular la energía térmica y que se consensúe un nuevo Plan del Carbón. El PSOE apuesta por cumplir «el mandato del Parlamento Europeo a la Comisión Europea sobre el sello de calidad para el carbón» y por cumplir con las ayudas acordadas.