Ricas, pero altamente peligrosas
La muerte de un hombre de 75 años de Sobredo por comer setas tóxicas y el ingreso de un padre y su hija de Bembibre aconsejan más prevención y cultura. micológica .
El reino fungi, el mundo de las setas, es un vergel de colores y formas atractivas. Pero tras ellas acechan numerosos peligros. Sobre todo para la salud. Y algunos, de consecuencias funestas. Las últimas pruebas de ello han sido, en las últimas 24 horas en el Bierzo, el fallecimiento de un hombre de 75 años, vecino de Sobredo (Sobrado) que después de diez días ingresado en el Hospital Río Hortega no pudo superar el jueves una grave crisis hepática. Y simultáneamente, la tarde del mismo jueves, pero en el Hospital del Bierzo, el ingreso de un padre y una hija, de 50 y 20 años respectivamente, vecinos de Bembibre, también con síntomas de intoxicación por la ingestión de hongos. Ambos corrieron mucha mejor suerte que el septuagenario.
Mateo Losada Veintemillas, natural de la localidad orensana de Oulego, donde hoy será enterrado, conocía el monte al dedillo. Aunque había trabajado en Alemania durante décadas y podía vivir tanquilamente de su pensión y de la de su esposa, se afanaba cada año en la recogida de castañas en los bosques de Sobrado. La semana pasada llegó a casa con unas setas procedentes de uno de los sotos de Sobredo que supuestamente eran comestibles. Aunque su mujer, más cauta, decidió no probarlas.
Veintemillas se sintió pronto indispuesto y después de ser trasladado al Hospital del Bierzo en Ponferrada, fue derivado inmediatamente al pucelano de Río Hortega donde la única manera de salvar su vida pasaba por un trasplante hepático que no llegó. «Le machacaron el hígado», sostiene el alcalde de Sobrado, Constantino Valle, que conocía al difunto.
En realidad no se sabe bien que especie de seta venenosa pudo provocar su muerte. Aunque el presidente de la Asociación Micológica del Bierzo Cantharellus, Manuel Bernardo, profundo conocedor de la zona, lo pronostica: «Debía ser una especie de la familia de las amanitas».
Bernardo, que aconseja mucha precaución incluso a quienes presumen de sus conocimientos micológicos, fue testigo de primera mano la noche del jueves, alertado por los servicios de Urgencia del Hospital del Bierzo, de los vómitos, dolorosos retortijones y diarreas de un padre y una hija, que ingresaron en el centro ponferradino procedentes de Bembibre y que explicaron que habían ingerido tres setas que les había regalado un «amigo experto». En este caso, ambos fueron dados de alta a las pocas horas tras ser inyectados en vena con suero glucosado. El presidente de Cantharellus, estima que su intoxicación no provino de la ingestión de una especie venenosa sino tal vez de unos boletus edulis en mal estado. Es algo que también debe tenerse muy en cuenta a la hora del consumo.
«Lo primero es coger las setas, luego identificar una por una, desde el sombrero, el pie, la parte baja, la vulva, ser el tamaño; hay que verlas varias veces y despacio, el color, el olor, el sabor y uniendo todo eso llegamos a determinar el género y la especie», aconseja Manuel Bernardo en tono didáctico.