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Sindo Castro | industrial damnificado por el ahora condenado JOSÉ Martínez núñez

«Si tuviera hoy delante a Martínez Núñez le diría a la cara que ha sido un terrorista»

Confiesa que las heridas morales que tocaron su alma no las curará en la vida, que el miedo físico que ha acumulado durante los últimos 16 años empieza a aflojar. Justo ahora que comprueba que se ha hecho Justicia y que la Audiencia de León ha condenado al empresario José Martínez Núñez y a sus colaboradores, a los que considera su pesadilla por los sabotajes.

Sindo Castro, que temió por su vida y la de su familia, agradece la labor de la Audiencia y la UCO.

Publicado por
MANUEL FÉLIX | PONFERRADA
Ponferrada

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Cuenta que está en forma, con ganas de seguir luchando (tiene a su cargo más de cien nóminas en plena crisis) y no oculta cierta alegría por la sentencia que condena a los que intentaron con violencia impedir que abriese negocio del hormigón en el Bierzo. Entiende que la Justicia, aunque lenta, ha hecho su trabajo y puesto a cada uno en su sitio. Aunque, para decirlo todo, considera que las penas tendrían que ir acompañadas de cárcel para Martínez Núñez, los hermanos Pintado Palomo, José Villanueva y resto de partícipes en los nueve sabotajes que sufrió en sus propiedades, persona y familia desde aquel primer fatídico abril de 1996, cuando dos explosivos de Goma 2 estallaban en su planta de hormigón de Las Ventas de Albares.

—¿Cómo se encuentra?

—Bien, satisfecho, porque se ha hecho Justicia. La Audiencia ha hecho un buen trabajo y se ha preocupado realmente de lo que sucedió.

—¿Esta sentencia, después de tantos años, le ha quitado ya el miedo del cuerpo?

—Bueno, hombre, (...), el miedo, una vez que intervino aquí la OCU (Guardia Civil), ya me dio un poco de tranquilidad. Pero la verdad es que tuve mucho miedo y seguía teniendo, porque esta gente era peligrosa.

—Temió por su vida ...

—Cuando te ponen unas bombas, y van y te tiran un cóctel en tu casa y te queman camiones y te queman todo; y cuando ves que uno de ellos mató a una persona, cuando aparece colgado el venezolano y todas esas historias, ¿Quién no tiene miedo? Yo he temido por mi vida y por la de mi familia.

—¿Está satisfecho con la sentencia de la Audiencia?

—Bueno, no del todo, porque creo que esta gente tenían que haber ido a la cárcel. Yo no he pretendido que me den una indemnización, lo que he querido es que se haga Justicia y esta gente que te hace daño, que vaya a la cárcel y con eso tenían que pagar.

—Este medio millón largo de euros que fija de pago la sentencia, ¿Paga las pérdidas que ha tenido o se queda corto?

—A eso, al dinero, no le doy importancia, porque si vas a mirar los perjuicios eso no es así. A lo que le doy importancia es a la Justicia y esta gente tenía que ir a la cárcel, y entre ellos Martínez, por ser el número uno de todo.

—Su abogado me comentaba que, sólo en seguridad, se gastó de aquella cincuenta millones de las antiguas pesetas.

—Cincuenta o sesenta me gasté, de aquella, que era dinero. A mí no me resarcen. Me dan para pagar mi seguridad, que si no la contrato, ¡Yo qué sé ...!; Me habrían acabado quemando todos los camiones, plantas; me hubieran matado a mí, a alguno de mi familia.

—Los daños económicos no se los salda esta sentencia, pero ¿Las heridas morales que ha sufrido están ya curadas?

—Esas no se curan así como así. Son cosas que quedan para uno, para siempre. Me ha costado sudor, sangre y lágrimas.

—Usted se ha pasado muchas noches sin dormir, ¿no?

—Muchas noches; muchas, muchas sin dormir. Y levantarte de noche y salir a la calle a ver qué pasaba porque sentías ruidos, que te picaban a la puerta, cualquier cosa, ¡Me cago en la leche! Y estabas intranquilo, ibas de un lado a otro, el teléfono, y no sabías qué te estaban haciendo; porque claro, sabías de verdad que te estaban siguiendo por un lado o por otro. A mí y a mis hijos. Porque ahí se ve en la documentación que nos seguían por todos los sitios. Nosotros los veíamos. Yo por ejemplo, o uno de mis hijos, que era el que de aquella más estaba por la zona del Bierzo, lo seguían por todos los sitios. Y claro, estabas intranquilo, y había gente que me decía, ¡Sindo, ten cuidado porque un día te pegan un tiro! Y tenías un poco de miedo pensando que sí, pero después de ir viendo la realidad y lo que decía la gente. Y yo, que tenía un poco de temor, pero todavía no tenía el temor que tenías que tener.

—No ponderaba en su justa medida la amenaza real, no era consciente de todo lo que le estaba sucediendo ...

—Pues, no, es verdad.

—¿Qué le diría a Martínez Núñez si lo tuviera hoy delante?

—Pues no lo sé ...; le diría que ha sido un criminal de guerra y terrorista. Y que ha pagado con lo que tenía que pagar, con la Justicia que sabe hacer Justicia. Si tuviera hoy delante a Martínez Núñez le diría a la cara que ha sido un terrorista.

—¿Y ahora qué, a seguir mirando hacia adelante, no?

—Pues sí, a tirar para adelante, como lo he hecho siempre y lo voy a seguir haciendo, claro está. Seguiré trabajando, tirando por mis negocios para dar trabajo y salir de esta crisis en la que estamos metidos, si somos capaces.

—¿Cuántos trabajadores tiene ahora?

—Pues exactamente no recuerdo, más de un centenar, más o menos. Intentaremos seguir defendiendo aquí el trabajo y a ver si somos capaces para seguir pagando el sueldo. Seguiremos trabajando e intentándolo siempre.