El alcalde agresor no piensa dimitir
«Mientras no haya una sentencia judicial que me inhabilite o me echen las urnas o mis propios concejales, no me iré», afirmó Rodríguez, amparado todavía por el PSOE.
Ha sido condenado por agredir a un vecino y son muchas las voces que piden la dimisión de todos sus cargos, pero Clemades Rodríguez sigue aferrándose al bastón de mando en el Ayuntamiento de Carucedo y a la silla de consejero en el Consejo Comarcal del Bierzo. Nadie, salvo una sentencia judicial o las urnas le alejarán de sus cargos. Así lo dejó claro ayer, en declaraciones a Radio Bierzo. Desde luego, no tiene intención alguna de dimitir, amparado por la dirección del PSOE, pese a que son ya tres las condenas que arrastra por enfrentarse con sus vecinos. «Mientras no haya una sentencia que me inhabilite voy a seguir. Solamente me apartará un juez o, de lo contrario, las urnas o mis propios concejales, pero del resto, nadie», sentenció.
Rodríguez se mantiene en sus trece y sigue haciendo oídos sordos a las reiteradas peticiones de dimisión que le lanzan desde el PP. Asegura tener la conciencia muy tranquila y no le quita el sueño el hecho de haber sido cesado como militante del PSOE, entre otras cosas porque —recordó— el acta de alcalde es personal, no del partido.
«¿Qué piensan que yo soy Bárcenas?», se preguntó el regidor de Carucedo tratando de restar importancia al hecho que a él le llevó ante el juez y por el cual fue condenado a pagar más de 23.000 euros por pegar a un vecino causándole una herida importante en la cabeza. «Parece que aquí solamente se busca al político de turno para ver como se desgüaza», afirmó, dejando claro que en su caso quienes persiguen esto no lo van a tener fácil y reiterando que lo ocurrido fue «un accidente».
Ridiculiza a sus opositores
O estás con él o contra él. No es la primera vez que los vecinos de Carucedo que no comulgan con la forma de hacer política de Clemades Rodríguez denuncian las prácticas que utiliza contra ellos y ayer volvió a demostrarlo en sus declaraciones. El alcalde incluso ridiculizó al grupo de ciudadanos que, con pancarta en mano, se manifestaron a las puertas del edificio de la Diputación de León en Ponferrada con motivo del último pleno del Consejo Comarcal.
«Todo el mundo tiene derecho a manifestarse y a hacer el ridículo también tienen el derecho. Si nueve personas representan a 700 habitantes que baje Dios y lo vea. Eso es de vergüenza», aseguró, considerando «denigrantes» las protestas de quienes —dijo— no se representan más que a sí mismos.
«Dicen que representan al pueblo. En qué pueblo viven ellos. Para representar hay que tener una gran mayoría, cosa que no la tienen. Yo, en cambio, se lo demuestro cada cuatro años en las urnas», se terminó regodeando.