El denunciado por las pólizas dice que no sabe dónde están los 200.000 euros
En su declaración judicial sostiene que las aseguradoras conocían las operaciones.
El denunciado, E.E.C., ayer saliendo del juzgado número 4 y detrás de él su abogado.
El ponferradino E.E.C., agente de seguros de Catalana Occidente y Generalli junto con su esposa F.B.R. —el primero reconocido por la agencia desde 1997 hasta el 2006 y ella entre el 2006 y el 2011, aunque siempre él al frente de las negociaciones y captación de clientes— prestó ayer declaración ante la jueza de instrucción número 4 de Ponferrada, después de que hasta el momento haya unos catorce clientes afectados que reclaman más de 200.000 euros invertidos en productos financieros, seguros de vida, pólizas o fondos de inversión.
E.E.C., muy conocido en la capital berciana porque trabajó en un banco y tenía abierta al público una oficina de Catalana Occidente en la avenida Huertas del Sacramento, dijo a la jueza que no sabía dónde está el dinero que ahora le reclaman los afectados, una vez vencido el plazo de las inversiones (entre dos, tres y cinco años) y no poder cobrar, ni lo invertido, ni los intereses que ofrecían al 6%.
José Ramón Cerezales, abogado del denunciado por estafa, manifestó ayer que su cliente no negó en el juzgado que existiera una serie de pólizas que comercializó, pero sí declaró que «de las pólizas tenían conocimiento de ellas las aseguradoras». Cerezales explica que E.E.C. contó a la jueza que «Catalana Occidente tenía una oficina abierta como tal y por parte de Generalli tenían perfectamente conocimiento de todas estas operaciones».
Por eso, al ser preguntado sobre el paradero de los ingresos (los más de 200.000 euros que reclaman varios clientes) destacó que, «si las aseguradoras tenían conocimiento de ello —el denunciado— está remitiéndose a que las mismas aseguradoras tenían conocimiento de todos esos ingresos». El mismo abogado zanjó la versión del denunciado ante la jueza del 4 en el sentido de que, «en principio no ha querido dar más explicaciones del destino del dinero».
Se da la circunstancia que, después de que varios afectados pidiesen su dinero al agente de seguros denunciado en Ponferrada y éste les diese largas, se pusieron en contacto con los responsables de la central aseguradora, y ésta fue cuando optó por denunciar también a su agente ponferradino y a la esposa. Los abogados de la acusación creen que es para evitar su clara responsabilidad civil en el caso, dado que está confirmado que el denunciado tenía oficina abierta con los logos de Catalana Occidente, entregaba tarjetas de la compañía y también acudía a cursos de la misma, al igual que recibía en su despacho de Ponferrada a responsables superiores de Catalana.