El bosque medra en Los Barredos

Más de cuatro años después de que el empresario vinícola José Luis Prada apostara por convertir unos terrenos destinados a la producción de uva mencía en un gran bosque con cabida para robles, encinas, alcornoques, arces, tejos, abedules, cerezos, mostajos, fresnos, almendros, castaños y un largo etcétera, la arbolada sigue creciendo y lo hace, en ocasiones, al amparo de la colaboración. Ayer, sin ir más lejos, más de una veintena de trabajadores de la plataforma logística que Inditex tiene en el polígono de Onzonilla (León) participaron en una plantación colectiva que se hizo posible gracias a Proyecto Hombre. La intermediación de esta entidad fue el acicate para una iniciativa por la cual el bosque cuenta ya con 250 nuevos árboles apadrinados, fundamentalmente mostajos y pradairos.

Desde las 11.00 horas de la mañana y hasta las 13.30 del mediodía, los reforestadores noveles brindaron su mano a la naturaleza con el apoyo inestimable de un grupo de jóvenes que reciben tratamiento en Proyecto Hombre y que encuentra en la habitual colaboración con Prada y su bosque un nuevo camino de formación y cercanía a la vida laboral. Ya dominan a la perfección la técnica y ayer pasaron de ser alumnos a profesores.

Con estos últimos árboles plantados en el denominado Bosque de los Barreros, ubicado en unas tierras entre Arganza y Cacabelos, ya son prácticamente 3.600 los ejemplares que describe el registro que José Luis Prada elabora minuciosamente de su puño y letra. «Para mí es una satisfacción que venga gente de fuera y copartícipe en este proyecto. Es una gozada que todo el mundo empiece a darse cuenta de que es necesario volver a cuidar la naturaleza», afirmó el creador de la firma Prada A Tope, explicando que el bosque didáctico que con mucho trabajo empezó a construir en Canedo empieza a llegar a su límite. Apenas quedan ya unas dos hectáreas de terreno libres de árboles, que completará pero con tiempo y confiando en que llegue algún tipo de ayuda externa. Quizás el otoño del 2014 —esta es la mejor estación del año para sembrar— sea el último de plantación en Los Barredos. El reto pasar ahora por mantenerlo y cuidarlo, al menos hasta que los árboles alcancen la edad suficiente como para impedir por ellos mismos la aparición de maleza.

«Plantamos árboles que nadie planta porque tardan mucho en crecer y con ello de cierta manera queremos expresar que para hacer algo nunca puedes buscar exclusivamente el beneficio inmediato», apuntó este viticultor y bodeguero amante de su tierra por encima de todos y que trata de transmitir ese sentimiento siempre que puede. Más que a nadie a su hijo, que ayer participó como un más en la plantación de los nuevos árboles.

La jornada concluyó con una comida en el Palacio de Canedo y una recorrido por las instalaciones vinícolas de Prada.