Diario de León

Un mar de basura en Castroquilame

Puente retira los primeros 5.000 kilos de desperdicios acumulados por una anciana durante 23 años. Un juez autorizó la medida por riesgo de incendio e insalubridad y aún quedan 15.000 kilos en la casa.

Operarios municipales, el pasado viernes, en el exterior de la vivienda de Castroquilame.

Operarios municipales, el pasado viernes, en el exterior de la vivienda de Castroquilame.

Ponferrada

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La señora Balbina es soltera. Vive en Castroquilame. Y desde hace 23 años acumulaba basura en su casa. Tanta que hacía tiempo que los desperdicios que recogía de los contenedores municipales no le entraba en las habitaciones y una capa de metro y medio de profundidad rodeaba la vivienda donde reside.

Eso fue hasta el viernes, cuando los seis trabajadores del Ayuntamiento de Puente Domingo Flórez, provistos de una orden judicial, retiraron los primeros 5.000 kilos de vertidos depositados en el exterior de la vivienda. Llenaron un contenedor después de trabajar desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde. Y todavía les queda la vivienda, donde el alcalde, Julio Arias calcula que puede haber otros 15.000 kilos.

La situación se había vuelto insostenible para los vecinos de Balbina que el Ayuntamiento de Puente Domingo Flórez no ha tenido más remedio que recurrir a los juzgados de Ponferrada para obtener el permiso necesario para entrar en la vivienda y limpiarla, ante el riesgo sanitario y el peligro de que se produzca un incendio. La autorización no ha tardado en llegar y el pasado viernes, el alcalde en persona acompañó a los operarios, junto a tres agentes de la Guardia Civil. Cuando descubrieron el mar de basura en el que vivía Balbina no salían de su asombro.

«Sabíamos que acumulaba basura pero tanta cantidad parecía increíble. Nos quedamos asustados», contaba ayer el alcalde a este periódico. La limpieza se interrumpió a las ocho de la tarde, después de que los seis operarios llenaran un contenedor de 5.000 kilos retirando capas de basura —plásticos, envases, ropa vieja — de metro y medio de profundidad en torno a la casa. El lunes continuarán.

«No sabemos lo que nos podemos encontrar en la casa. Lo que haya dentro puede ser espectacular», aseguró Arias, que trató de convencer a la anciana para que ingrese en la residencia de Puente, donde el Ayuntamiento le ha reservado una plaza. La anciana se ha negado. «Si me toca, me tocó», cuenta el alcalde que le dijo cuando le recordó que sola en la casa le puede pasar cualquier cosa, como ya le ocurrió a un hermano suyo, sin que nadie se entere.

Balbina, un caso extremo de la enfermedad del Síndrome de Diógenes, según el alcalde, lo pasó mal viendo cómo se llevaban la basura que rodea su casa y el regidor ya teme el momento de entrar en la vivienda. «El sufrimiento de la señora es increíble. ‘Esas son mis cosas, no me lo quites’ nos decía», contaba ayer Arias.

Y cuando le preguntó desde cuando acumulaba basura en casa, Balbina le contestó que desde que pusieron contenedores en Castroquilame. Eso fue en 1990.

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