Diario de León

Más de un centenar de personas reclaman la restauración y reapertura de la Herrería de Compludo

La fragua centenaria lleva más de un año cerrada mientras Junta, Ayuntamiento de Ponferrada y propietarios intentan llegar a un acuerdo para su gestión

Varias decenas de personas participan en una marcha a la herrería de Compludo para reivindicar su rehabilitación y reapertura

Varias decenas de personas participan en una marcha a la herrería de Compludo para reivindicar su rehabilitación y reapertura

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V. Silván / Ical

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«¡Queremos la herrería! ¡Queremos la herrería!». Con este grito recorrieron más de un centenar de personas los casi dos kilómetros que separan el pueblo de Compludo de su histórica fragua —ahora cerrada desde hace más de un año, con importantes daños en el tejado— para reclamar su protección, rehabilitación y reapertura al público.

Los vecinos del pueblo —que son unos 25 según los datos del último padrón—, familiares y habitantes de pueblos cercanos, como Molinaseca o El Acebo, se sumaron a esta marcha, encabezada por dos pancartas en las que se leía 'Salvemos la herrería de Compludo ya' y 'Sin la herrería no hay futuro'.

«Queremos que la herrería no quede en el olvido y vuelva a ser lo que era, que vuelva a sonar su mazo en todo el valle», señala Nuria Sánchez, promotora del grupo ‘Salvemos la herrería de Compludo ya’ (con perfil en redes sociales). Así, consideran que su reapertura es vital para la supervivencia del pueblo, que dependía en buena medida del turismo que atraía su famosa fragua.

«Se nota, no hay el movimiento que había antes, los coches de los turistas, ya la gente no se acerca igual al pueblo y ni siquiera bajan ya a la herrería», lamenta Sánchez, que puntualiza que ahora apenas se acercan dos o tres coches al día. Una cuestión que también parecía Teresa Domínguez, que explica que atienden cada día muchas llamadas que acaban siempre con la misma coletilla: «Está cerrada pero pueden venir igual, que el entorno es muy bonito».

En general, Compludo vive el cierre de su herrería con una «sensación de tristeza», temeroso de que este «abandono» tenga como consecuencia un mayor deterioro del edificio« que requiera una mayor inversión e imposibilite definitivamente su puesta en funcionamiento. «Una de las principales averías es el tejado, que si no lo arreglan terminará cediendo, acabará hundiéndose y ya damos por hecho que así ya no la arreglaran en la vida», señaló Lorena Álvarez, también miembro del grupo.

Una solución que está en manos de la Junta de Castilla y León —que ha gestionado la herrería hasta ahora—, el Ayuntamiento de Ponferrada y los propietarios, que se reunieron a principios de verano para buscar una solución. «Confiamos en que lleguen a un acuerdo y a ver si entre todos somos capaces de hacer algo pronto, que se restaure el tejado, poder reabrir y ver si puede seguir esta generación de herreros», afirma Manuel Sánchez, biznieto del primer herrero de Compludo, Amadeo Sánchez, y que quiere seguir con la tradición familiar que también colocó al frente de la fragua a su abuelo y a su padre.

Un nuevo herrero

Así, desde el pueblo también mostraron su respaldo a Manuel Sánchez como el siguiente herrero de Compludo. «Queremos que sea alguien del pueblo», reivindica Nuria Sánchez, que reclama que su reapertura conlleve también la puesta en funcionamiento de la fragua y demostraciones de este trabajo, mientras su compañera Lorena destaca que es la persona idónea para ponerse al frente de la herrería porque «la conoce desde pequeño, nació en ella». «Es el único que tiene las armas para poder hacerla funcionar, arreglarla, hacer demostraciones, que es lo bonito, ver como el herrero te hace una herradura o una llave y el está capacitado para eso», añade.

Y es que la historia de la familia Sánchez vive unida a la de esta ferrería desde 1913, cuando su bisabuelo adquiría la propiedad de este edificio que llevaba unos 40 años cerrado para destinarlo a forja, poniéndola de nuevo en funcionamiento. Él cedió el testigo a su hijo Manuel, que la trabajó hasta que murió en 1978 —una década después de ser declarada monumento nacional—, y de él paso también a su hijo, que fue su guarda hasta que se retiró el pasado mes de mayo.

Ya a las puertas de la fragua, leyeron un manifiesto en el que lamentaron que esta joya del patrimonio -descendiente de las primeras industrias metalúrgicas, cuyo origen podría coincidir con la fundación del Monasterio de Compludo por San Fructuoso en el siglo VII- «se esté muriendo en una sombra vacía y presa del olvido de aquellos que dicen que velan por nuestros intereses».

Así, advirtieron que resistirán con todas su fuerzas «a la despoblación y al aislamiento» porque no lo merece la herrería ni el pueblo de Compludo. «La herrería es el símbolo inequívoco de este pueblo, con ella Compludo ha mirado al futuro y generaciones de hijos de esta tierra han mimado estos muros centenarios cargados de historia», afirmaron, para concluir entre aplausos al grito de: «¡Viva Compludo! ¡Salvemos la herrería ya!».

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