Cáritas cede a Ayalde la gestión integral del centro de dependientes de Fabero
Esta fundación de reciente creación pondrá en marcha el edificio a finales de este año.
Cuatro millones de euros es una inversión muy importante y cinco años de paralización un tiempo demasiado extenso. El conocido como centro de grandes discapacitados de Fabero abrirá finalmente sus puertas a finales de este año y lo hará como una residencia para mayores y dependientes de especiales necesidades. Cáritas Diocesana —entidad concesionaria del inmueble— ha cedido la gestión a una fundación de nueva creación que responde al nombre de Ayalde, tal y como avanzó el alcalde de Fabero, el popular José Ramón Cerezales, reconociendo que el dado es un paso importante puesto que por fin se da solución a un centro de gran potencial que siempre ha estado cerrado, entre otras cosas porque se construyó al margen de la planificación de la Junta de Castilla y León. Y es que, aunque nació con vocación de acoger a grandes discapacitados, su licencia lo limita a residencia de mayores.
Con la cesión de su uso durante un período de 20 años, Cáritas, que no podía afrontar los gastos del centro, garantiza su utilización y la cobertura social para la que fue construido. «La Fundación Ayalde está compuesta por un grupo de personas interesadas en impulsar un proyecto de carácter social», explicó el alcalde de Fabero, detallando que lo que pretende es «cubrir la necesidad asistencial de la zona, dando prioridad a aquellas personas que más dificultades encuentran».
Y en ese trabajo, tanto Cáritas como el Ayuntamiento se reservan cerca de una decena de plazas para «atender a aquellos vecinos del municipio que pudieran tener una necesidad especial», bien sea debido a cuestiones económicas o familiares. En todo caso, desestimado queda su uso por parte de discapacitados, finalidad que incluso llegó a barajar Asprona hace poco más de un año cuando inició las negociaciones con Cáritas para asumir la gerencia del citado inmueble. Entonces, la nula viabilidad económica provocó que Asprona se echara atrás obligando tanto a Cáritas como al Ayuntamiento faberense y a la propia Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta a reactivar las conversaciones con diversas oenegés y asociaciones sin ánimo de lucro para poder dar un uso al edificio.
«El centro no ha tenido ningún tipo de actividad desde que fue construido y aunque no sé si esta es la mejor de las soluciones, desde luego es una solución», apuntó José Ramón Cerezales. Tal es la inminencia de su puesta en funcionamiento que ayer mismo comenzaron las pruebas de mantenimiento para comprobar el estado de la calefacción y del grueso de las instalaciones, así como iniciar las labores de limpieza. El convenio de cesión entre Cáritas y Ayalde se rubricó ya el martes.
La fundación de reciente creación que gestionará el centro en principio durante las próximas dos décadas intentará cubrir 59 plazas de personas dependientes y «su objetivo es desarrollar diversos programas de calado social en la zona».