Los bancos de libros, una alternativa solidaria
Con la llegada de septiembre, las familias se enfrentan a una verdadera cuesta. Los recortes en las becas y en la ayuda para la compra de libros o la subida del precio del material escolar hacen más necesario que nunca que las administraciones locales ayuden a los hogares para que afronten unos gastos indispensables para la educación de los niños.
La intervención de los ayuntamientos alivia la situación de muchas familias pero no de todas. Aún así, existen ciertas alternativas como acudir a oenegés, del estilo de Cruz Roja, o participar en el banco de libros que muchos centros llevan a cabo.
Este proyecto está organizado por las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de cada colegio o instituto. El banco de libros consiste en que en junio cada familia deja los libros que ya no va a necesitar para realizar el intercambio o la donación al comienzo del nuevo curso a aquellas personas que lo soliciten. La única premisa es que cada libro que se deposite en el banco tiene que estar en un estado aceptable, pues va a ser usado por otra persona. Los que eran sus dueños deberán borrar lo escrito a lápiz y suprimir al máximo cualquier resto del curso anterior.
Pero el banco no sólo tiene porque ser de libros, ya que también se puede depositar material como cuadernos, lápices, gomas... un sinfín de propuestas solidarias que garantizan a los alumnos que puedan comenzar el curso con independencia de su capacidad económica.