San Miguel no trajo su veranillo para la feria de Cacabelos
Pese a la lluvia se incrementó en un 20% la presencia de equinos.
El ganado caballar y asnar aguantó en el ferial las inclemencias del tiempo.
El veranillo de San Miguel que no fue condicionó el desarrollo de la feria que durante los dos últimos días se desarrolló en la villa del Cúa. Pese a las condiciones climatológicas adversas, según los datos facilitados por el Ayuntamiento de Cacabelos, el número de ejemplares de ganado caballar y asnar, que se dieron cita en el recinto ferial cacabelense se incrementó «entre un 20 y un 30 por ciento con respecto al de la última edición», precisaba el regidor, Adolfo Canedo.
La intención del consistorio no es otra que la de consolidar este evento ferial cuyas raíces se encuentran en el medievo. «Vamos a intentar promocionarla con la Junta de Castilla y León para que no se pierda, como está sucediendo con este tipo de ferias, y, si somos capaces, convertirla en la más importante del noroeste peninsular», precisó Canedo. En esta ocasión, a la villa de Cacabelos se trasladaron ejemplares equinos procedentes Galicia o Cantabria o provincias como Zamora.
Junto a ellos, el tradicional mercadillo de productos agroalimentarios, en los que se mezclaban los puestos de ajos, cebollas o avellanas, y ropa ‘de labor’, que fue el que más sufrió las consecuencias del temporal de los dos últimos días, que arruinó sus ventas al retraerse el número de visitantes. Otros que tampoco quisieron faltar a su cita, desafiando al mal tiempo, fueron las ‘pulpeiras’, con cuatro puestos repartidos en distintos puntos de la villa.
Así las cosas, la Villa del Cúa renovó, un año más, la tradición ferial de San Miguel, dando continuidad a un evento que se viene repitiendo desde hace 800 años, cuando Sancho IV ‘el Bravo’ otorgaba la celebración de este mercado a Cacabelos.