Diario de León

El Bierzo busca wolfram asturiano

El Principado de Asturias ha concedido autorización a la empresa de San Román de Bembibre, Sondeos y Perforaciones Industriales, para explorar la zona de Boal.

La empresa de maquinaria de sondeos SPI se encuentra en el polígono de Bembibre.

La empresa de maquinaria de sondeos SPI se encuentra en el polígono de Bembibre.

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M. Félix | Ponferrada
Ponferrada

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El Bierzo tiene wolfram en la zona de la Peña del Seo. Ya lo explotó en tiempos de Franco, en la primera mitad de los años cuarenta, y de aquella su puja entre aliados y nazis alemanes por este metal —utilizado para la fabricación de armas— dio pie a una memorable novela de Raúl Guerra Garrido, Los Años del wolfram.

Los tiempos de posguerra han cambiado, pero el wolfram vuelve a tener valor para la fabricación de conductores electrónicos —el tungsteno se utiliza para resistencias eléctricas y lámparas incandescentes— y ahora, una empresa de la comarca del Bierzo, asentada en el polígono industrial de San Román de Bembibre ha logrado el permiso del Principado de Asturias para realizar prospecciones y encontrar nuevas vetas del yacimiento ya explotado en la zona noroeste de la comunidad autónoma vecina. En concreto en el Ayuntamiento de Boal, no muy lejos de la costa.

Sondeos y Perforaciones del Bierzo, que así se llama la empresa adjudicataria de esta concesión de investigación sobre el terreno, acometerá en los próximos meses la investigación geológica y cartográfica del subsuelo, con una serie de sondeos mecánicos, empleando su maquinaria específica y especializada en este tipo de actividades. Con ello esperan determinar el porcentaje de este metal que aún permanece en la zona conocida como Penouta, (curiosamente nombre idéntico al de la mina de Penouta que ahora mismo se ha vuelto a explotar en la zona valdeorresa situada entre La Rúa de Valdeorras y Viana do Bolo). En función del resultado de las prospecciones, la firma berciana decidirá si le es rentable o no optar finalmente por la explotación del wolfram. Lo que sí ya se sabe es que este de nuevo preciado metal se encuentra en esta zona asturiana en galerías no muy anchas, lo que significa que su explotación sería a través de la preparación de mina de interior.

Sólo el hecho de que se haya concedido permiso a la empresa de perforaciones para estudiar el terreno ha despertado un notable optimismo entre los vecinos del pequeño municipio asturiano de Boal, donde residen cerca de 2.000 personas. La población emigró al cerrar la mina de Penouta y si ahora se retoma, volvería la actividad con empleo directo e indirecto. De hecho, según reflejaba ayer el periódico La Nueva España, en la última etapa de la mina de wolfram de Boal trabajaban 80 personas en plantilla, a lo que se sumaría transporte y demás. De lo que no se sabe nada es de una posible explotación de wolfram en el Bierzo.

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