Instalaciones mastodónticas con un precio que rondaría los cinco millones
Las instalaciones de la bodega Señorío de Peñalba son el fiel reflejo de la sociedad que ha barrido la crisis económica actual. Construida en el año 2000, sus cifras marean: «32.000 metros cuadrados de superficie construida, 34 millones de litros de capacidad de elaboración, 65.000 barricas de crianza y un depósito de homogeneización de 1,3 millones de litros, el mayor de Europa», apuntaban desde la dirección que encabezaba el bodeguero, Daniel Vuelta, cuando a este mastodonte de las bodegas le soplaban vientos a favor. Sin embargo, tan sólo doce años más tarde la situación de la bodega, y de todo el grupo, cambió por obra y gracia de la crisis económica. Primero entró en liquidación su ‘hermana mayor’ Palacio de Arganza, y sólo con unos meses de diferencia, en septiembre de 2012, el Juzgado de Primera Instancia número 8 de León y Mercantil de la capital de la provincia procedía a nombrar administrador concursal para la liquidación de esta sociedad. Una sociedad que en su buenos momentos llegó a comercializar dos millones de botellas de Señorío de Peñalba, un millón de litros de vino a granel y cinco millones de botellas de Palacio de Arganza.
Junto a Vinos de Arganza, otras han sido las sociedades que se han interesado por las instalaciones de Señorío de Peñalba, si bien el precio que se ha establecido para la venta unitaria de las instalaciones, que rondaría los cinco millones de euros, no ha permitido cerrar ningún acuerdo. Ante la imposibilidad de acceder a la compra de un paquete único, los interesados confían en que la misma se fraccione en lotes.
