Diario de León

«Yo nunca lo haría, sé el peligro que provocan esos criminales a la gente»

El celador de Ancares niega haber sido el autor del fuego pero incurre en contradicción.

Alberto García, el acusado, llega al juicio junto a Enrique Beamud, su letrado defensor.

Alberto García, el acusado, llega al juicio junto a Enrique Beamud, su letrado defensor.

León

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«Yo nunca prendí el fuego, nunca lo haría. Soy amante de la naturaleza. Sé el peligro que crean esos criminales que lo hacen y el riesgo que corre la gente por su culpa. No se me pasaría nunca por la cabeza. Con esos desalmados sí que se debería hacer justicia, no conmigo que no he hecho nada».

Alberto García González, el celador de la Junta de Castilla y León destinado a Los Ancares y al que desde ayer se juzga en la Audiencia Provincial como presunto autor del incendio que arrasó 300 hectáreas en Campo del Agua en octubre del 2011, se declaró inocente en su comparecencia ante el Tribunal del Jurado que dictaminará el próximo jueves si es culpable de un supuesto delito de incendio forestal, por el que se expone a una pena de cinco años de prisión, a petición del Ministerio Fiscal.

«Llevo 20 años trabajando y no hago el trabajo para vivir, sino que vivo para trabajar. Disfruto con lo que hago y no me cabe en la cabeza que me acusen de prender un fuego», explicó en el interrogatorio de casi una hora y media al que fue sometido.

Al término del mismo, el Ministerio Fiscal propuso al Magistrado Presidente que advirtiera al jurado popular sobre las contradicciones en las que desde su punto de vista incurrió el sospechoso en sus declaraciones primero ante la Guardia Civil, cuando fue detenido, luego en el juzgado de Instrucción número 8 de Ponferrada y finalmente ayer ante la Audiencia Provincial.

Una novedad

La principal novedad aportada al caso ayer fue la inclusión del procesado de un pasaje según el cual, en un momento de la tarde en la que se produjo el incendio, el celador se paró en una fuente de Ribón a rellenar botellas de agua. «Tardé porque había poco caudal, veníamos de una época de sequía». Fue cuando el Ministerio Fiscal se preguntó por qué no cuadraban los horarios y las distancias recorridas por el imputado la tarde de autos. «¿Y por qué es la primera vez que cuenta usted esto y nunca lo ha dicho antes?», inquirió el fiscal. «Porque no le dí importancia», repuso el celador.

El fiscal sostiene que el acusado prendió los dos focos del incendio que el 17 de octubre del 2011 quemó un paraje de Porcarizas, Villar de Acero y Campo del Agua. Se basa en los testimonios de testigos que hoy declararán que le vieron en las inmediaciones de la zona. «Venía de entregar una póliza de seguros a una amiga, con la que estuve tomando café».

Nueve llamadas

Sin embargo, el Ministerio Público no entiende por qué la aludida declaró inicialmente ante la Guardia Civil que apenas conocía al imputado. El fiscal tampoco fue capaz de conseguir una justificación al hecho de que el procesado la llamara nueve veces después del incendio: «Han pasado dos años, ya no me acuerdo», contestó el sospechoso.

«Yo lo que sé es que nadie ha declarado que me haya visto prender el fuego y eso que han declarado más de cuarenta personas. Esto viene de una acusación del Jefe de Agentes Medioambientales de la comarca, que es tío de otro celador que quería quedarse con mi puesto». Pero en su turno de posibles autores de los hechos, el imputado llegó a cargar contra la propia Junta de Castilla y León: «Si queremos buscar culpables, hay empresas a las que la Junta les encarga trabajos de extinción de incendios que pueden tener necesidad de que haya fuegos para tener más trabajo. O ya puestos a pensar, incluso a la Junta podría interesarle tener en funcionamiento sus máquinas... ¡¡¡Hay tantas posibilidades!!!! ¿Por qué iba a tener que ser yo?» El Magistrado Presidente sólo hizo una pregunta directa al imputado: «Si su labor era vigilar ¿por qué llevaba la emisora de radio apagada a la hora del incendio?». «Porque consume mucha batería. La apagué cuando me puse a tomar el café con mi amiga y no me dí cuenta de encenderla hasta 20 minutos después, cuando ya se había iniciado el fuego», explicó.

Buena parte de los interrogatorios de las acusaciones se dedicó a conocer los motivos por los que supuestamente, el celador no realizó el recorrido más lógico para su desplazamiento tras el incendio. La Fiscalía realizó en fase de instrucción una reconstrucción del viaje y tardó 27 minutos en cubrir el trecho. El acusado sostiene que lo hizo en 12 y lo justificó: «Para tardar lo que tardaron ustedes, hay que ir en tractor. Cualquier persona normal que vaya en un todoterreno lo hace más rápido, Y Carlos Sáinz, también lo haría más rápido que yo. Si yo hubiera prendido el fuego, ¿ba a ser tan tonto de bajar por donde me iba a ver todo el mundo o buscaría caminos por donde no me viera nadie?».

También insinuó el fiscal que el imputado había informado a la Guardia Civil, en su primer contacto con ellos, de la existencia de dos focos del incendio cuando las brigadas todavía no conocían de la existencia de un segundo foco. El interrogado negó este extremo.

Otro indicio, según el fiscal. «Cuando ya supo de la existencia del incendio, usted no se acercó a ayudar...». Hubo respuesta del acusado: «El protocolo de la Junta nos prohibe actuar si no tenemos equipo y yo no lo llevaba. Además llevaba ya 18 guardias este año. Mi función no es hacer lo que no debo».

Una queja del celador: «Se insinúa que soy un pirómano y no sé cuantas cosas más, pero no hay una sola prueba más que acusaciones falsas. Podían haberme localizado con un GPS junto al fuego si fuera verdad», repuso.

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