Sáez Aguado niega entre abucheos que haya abierto la veda de la privatización
Afirma que las unidades de gestión clínica mejorarán el funcionamiento del hospital.
El consejero fue recibido ayer en el Hospital del Bierzo al grito de «¡fuera, fuera!» y «¡sanidad pública!».
La primera visita del consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, al Bierzo no fue como él esperaba. A su llegada al centro asistencial berciano —minutos antes de mantener un encuentro con jefes de servicio, coordinadores de Atención Primaria y supervisores de Enfermería para plantear el nuevo modelo de gestión clínica que pretende implantar la Junta— el consejero se topó de frente con los gritos y abucheos de un amplio grupo de trabajadores sanitarios que manifestaron su total oposición a la implantación de unidades de gestión clínica por entender que abren el camino hacia la privatización. Razonamiento que negó en rotundo el responsable de la cartera de Sanidad, afirmando que él mismo es «el mayor defensor de la sanidad pública» y que lo único que trata con este sistema es «mejorar el funcionamiento» de la misma.
De hecho, apuntó Sáez Aguado, Castilla y León dedica únicamente un 5% de su presupuesto sanitario a conciertos privados. En este apartado se incluyen los contratos con servicios como el transporte sanitario o la oxigeonoterapia domiciliaria. Lo que deja a la externalización de la actividad asistencial un 2,5% del presupuesto global. «Si alguien habla de que estamos privatizando la sanidad, se equivoca rotundamente», afirmó.
Que en el caso del Bierzo se haya derivado un número importante de intervenciones quirúrgicas a clínicas privadas cuando en el hospital hay 36 camas vacías responde —en palabras del consejero— a dos cuestiones fundamentales. Por un lado, la imperiosa necesidad de reducir las listas de espera y, por otro, las dificultades con las que se encontró el Sacyl para contratar especialistas de anestesia y reanimación. Además —puntualizó en referencia a la unidad cerrada— «las intervenciones quirúrgicas no se hacen en las plantas ni en las camas, se hacen en los quirófanos». De hecho, añadió, «en lo que va de año en este hospital sólo se han suspendido cinco intervenciones por algún problema en la gestión de las camas».
El consejero insistió también en que la ocupación media del Hospital del Bierzo «nunca ha superado el 80%» y, en este sentido, afirmó que sería «una irresponsabilidad» tener operativo un centro al 100% cuando sólo se va a utilizar el 80%.
En cuanto a la actitud mostrada por los sindicatos contra la creación de unidades de gestión clínica, el consejero de Sanidad fue tajante y después de calificar de «mala educación» los abucheos recibidos aseguró no comprender «posiciones inmovilistas que no quieren generar ninguna mejora en la sanidad pública». Estos son —añadió— «los mayores enemigos de la sanidad».
Antonio María Sáez Aguado dejó claro ayer que confía y mucho en los profesionales sanitarios y de ahí que su intención sea darles una mayor autonomía en lo que a gestión de sus propios servicios se refiere. Ello supone ceder poder, acción que hace extensible a los sindicatos. «Las organizaciones sindicales también tienen que hacer un esfuerzo para ceder poder o capacidad de gestión a los profesionales, porque lo que sospecho es que lo que ellos persiguen con esta actitud es conservar su capacidad de decisión e influencia», puntualizó.