La CHMS descarta invertir 2,8 millones si continúa la oposición al dique del Sil
El presidente espera un informe técnico-jurídico y se reunirá con las partes en Ponferrada.
Los opositores al actual proyecto de encauzamiento pretenden que la línea del trazado vaya 30 metros más pegada al río.
La falta de acuerdo o entendimiento entre los regantes del Canal Bajo del Bierzo hizo que se perdiera el año pasado una inversión de 20 millones de euros en la modernización de los regadíos, con una aportación pública del 90%, la mayoría procedente de fondos europeos. Y ahora, está a punto de suceder lo mismo con otra inversión de 2,8 millones de euros —ya concedidos— para acometer el encauzamiento del río Sil a su paso por Ponferrada, entre Flores del Sil y Toral de Merayo.
El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín, aseguró ayer a este periódico que si hay una fuerte oposición vecinal, la obra no se realizará y los fondos se irán para otro lugar. «No los perdería España, los perdería Ponferrada; pero no podemos hacer esta obra en contra de la voluntad vecinal», destacó, al tiempo que se refería a las 2.600 firmas presentadas por Ponfesil, la plataforma opositora al actual trazado de márgenes.
Como es sabido, los opositores al trazado oficial de los márgenes del Sil pretenden que la Miño-Sil acometa las obras del encauzamiento entre 20 y 30 metros en dirección al cauce fluvial, salvando así naves y otras fincas. El presidente de la Confederación dijo que están por la labor del diálogo y encontrar una solución, pero lo que no pueden hacer es actuar en contra de la ley.
Otra línea sobre el plano
Con estos precedentes, y después de que ayer martes desde la plataforma Ponfesil presentasen un trazado nuevo sobre el mapa en las oficinas de la Confederación en el pantano de Bárcena (sin que aportasen escrito alguno argumentando dicho trazado), Francisco Marín explicó que ha dado órdenes a los técnicos para que, si es posible esta misma semana, elaboren un informe técnico y jurídico que determine si legalmente se puede acceder a lo que pretenden los vecinos. Si no es así, la Miño-Sil no tendría más remedio que renunciar a esta inversión millonaria, puesto que Marín dejó bien claro que no actuará en contra de la ley. «Es una pena, porque la obra es en beneficio de todos los vecinos para salvar la zona contra grandes avenidas del río; pero no vamos a provocar ningún tipo de enfrentamiento y si no quieren, se perderán las obras», zanjó.
En cuanto tenga el informe de los técnicos, según adelantó el presidente de la Confederación se trasladará a Ponferrada, se reunirá con el alcalde y con los vecinos y se intentará llegar a un acuerdo. Nunca se hará la obra a la fuerza, como en Burgos.