Adiós a la obra del Sil

La historia vuelve a repetirse. Otra vez el Bierzo, en este caso Ponferrada, pierde una inversión millonaria para acometer un proyecto importante. Hace tan sólo unos meses y ante la falta de acuerdo entre los regantes del Canal Bajo del Bierzo, la comarca se quedó sin los casi 20 millones de euros de fondos europeos destinados a financiar la práctica totalidad de las obras de modernización de este canal de riego. Ahora, Ponferrada acaba de decir adiós de forma definitiva a los 2,8 millones de euros que la Confederación Hidrográfica Miño-Sil había reservado —también con cargo a una línea de subvenciones de la UE— para la ejecución de las obras de contención de las márgenes del río Sil a su paso por Flores del Sil. La reunión a tres bandas que ayer se celebró en Orense entre el presidente del ente hidrográfico, Francisco Marín; el alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, y representantes de la plataforma Ponfesil no hizo más que fracturar por completo las ya distantes posturas.

«Vamos a dar los pasos administrativos que haya que dar para cerrar este tema, porque hemos constatado una vez más la oposición de los vecinos al proyecto. La obra tiene financiación europea y hay unos plazos que cumplir. Entendemos que empezar los trabajos con los vecinos en contra va a suponer paralizaciones y ralentizaciones, y si ya vamos justos, no vamos a llegar; a parte de lo desagradable del asunto», aseguró el presidente de la Miño-Sil, afirmando que desde su perspectiva, «Ponferrada pierde más que gana» pero que no está dispuesto a seguir enfrentado a una plafatorma vecinal que ha presentado 2.600 firmas, «que son muchísimas» —reconoció— contra el proyecto.

No a las expropiaciones

El presidente de la Confederación aseguró que si bien la reunión celebrada en Galicia transcurrió «sin tensiones», ninguna parte estuvo dispuesta a ceder en el tema de las expropiaciones. Que el ente hidrográfico aceptara expropiar y pagar la totalidad de las fincas afectadas por la construcción del dique de Sil y no sólo una parte de las mismas era la condición expresa puesta sobre la mesa por Ponfesil para aceptar el trazado. No obstante, el presidente de la Confederación volvió a negarse a ella argumentado, una vez más, razones económicas. «Las expropiaciones valdrían más que la propia obra y no hay fondos», aseveró.

En cuanto a la legitimidad de la paralización de un proyecto ya en fase de adjudicación, Francisco Marín aseguró que es totalmente legal hacerlo y que, de facto, no es la primera vez que sucede. «Sabemos que podemos hacerlo, ya que no es la primera vez que se ha licitado una obra y después se ha renunciado a ella. Seguramente supondrá un coste, alguna indemnización menor, pero hay varios ejemplos similares en Galicia. Por lo tanto, en este sentido no se está cometiendo ninguna irregularidad», afirmó el máximo responsable de la Confederación.

El dinero, a otra parte

Al tratarse de fondos finalistas, los 2,8 millones de euros a los que quedó reducido el presupuesto para la construcción del dique del Sil —hay que recordar que el proyecto inicial, mucho más ambicioso, contemplaba alrededor de 23 millones de euros— se invertirán en cualquier punto de España, pero no en Ponferrada. El dinero se esfuma y con él cualquier posible intervención en la ciudad a la que iba a ser destinado.

«Ahora el Estado puede redestinar ese dinero para financiar otro proyecto que esté en marcha y que no tenga el total de la financiación», explicó el presidente del organismo de cuenca, detallando que será el propio Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente el que decida su destino final, aunque «siempre hay algo que se pierde».