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El fiscal considera que la autoría del crimen del dominicano está probada

Renuncia a interrogar a la policía y a la mayoría de peritos «ante las confesiones».

Yorman Emilio, Julián Andrés y Jorge Alexander hablan con sus abogados antes de comenzar.

León

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Descartado el acuerdo por la vía de la negociación en la primera jornada, la segunda deparó la eliminación de un plumazo de casi tres días de sesión, con lo que el veredicto del juicio por la muerte del dominicano Inocencio Montero, apaleado en El Temple en febrero del 2012, no se hará esperar más allá de esta misma semana.

El guión del juicio reservaba para la tarde de ayer martes y para buena parte de hoy miércoles la comparecencia de agentes de la Policía Nacional en calidad de testigos así como de amigos de los imputados y peritos varios que completaban el cartel del jueves. Prácticamente ninguno de ellos pasará por la sala de vistas de la Audiencia Provincial, tras la propuesta del fiscal jefe de Ponferrada, Jacinto Fernández Villalvilla, de suprimir esta parte: «Los testimonios de confesión de buena parte de los procesados hacen que el caso esté mayoritariamente esclarecido».

A la misma máxima se sumaron también de forma mayoritaria los seis letrados defensores de los siete imputados, que fían a la lectura de los informes definitivos (podría ser incluso esta misma tarde) la posibilidad de que el Ministerio Público modifique a la baja las penas que proponía en un principio.

Los colombianos Yorman Emilio A.C., Julian David G.C., Yeison Alexander G.B, Jorge Alexander G.L. (que ayer fue confundido por error con Julian David en una de las fotografías interiores que publicaba este periódico), Julián Andrés C.R. y Carlos Alberto O.U. se exponen en principio a 14 años de prisión acusados de homicidio. El único español imputado, Alberto C.C. se expone a una pena de ocho años de prisión. Entiende el fiscal que su participación fue menor. Todos ellos mataron a palos a Inocencio Montero, un dominicano con el que habían tenido una pelea previa en una discoteca. Huyó pero lo alcanzaron en la calle y le propinaron una paliza brutal.

Punto central

A la participación del español se dedicaron fundamentalmente los dos interrogatorios de la tarde de ayer. Las preguntas se dirigieron hacia una vecina de la capital que el día de los hechos se encontraba en una vivienda ponferradina cercana a la zona en la que se produjo la agresión: «Había una persona caída en el suelo, y alrededor un grupo pegándole. Les eché la bronca porque eran unos cuántos dándole puñetazos al que estaba caído en el suelo. Uno de ellos le pegó un palazo en la cabeza y sonó un crash muy fuerte detrás del coche. La verdad es que me impactó mucho».

Les dije: «Ya podréis, todos contra uno. Y uno de ellos me contestó: ‘Señora, algo habrá hecho’. Me sentó fatal y les dije que iba a llamar a la Policía y lo hice inmediatamente». No pudo asegurar la testigo que quien así habló (Alberto C.C.) estuviera más cercano o más alejado del grupo. «Ya no me acuerdo, aquello me impactó mucho y quiero olvidarlo. He jurado decir la verdad y si no me acuerdo, no voy a mentir».

Una amiga del propio Alberto fue interrogada también en sala: «A mí me pareció que él se encontraba bien. Había bebido alcohol pero como cualquier persona, pero en términos más o menos normales. No podría decir si él salió corriendo detrás de los dominicanos, porque desapareció durante un momento y no sé a dónde fue. De lo que sí me acuerdo es de verle correr más tarde y llegar a donde estaban los demás, pero yo no me acerqué. Sólo nos contó que había habido una pelea».