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Apagado el incendio forestal de Bouzas tras calcinar 80 hectáreas de matorral

. Las llamas han afectado a una zona que ya ha sufrido antes otros fuegos intencionados.

Imagen de la superficie quemada por el fuego.

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C. F. C./ M. J. A. | PONFERRADA
Ponferrada

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La Junta de Castilla y León dio ayer por apagado el incendio forestal de Bouzas, en la linde entre Ponferrada y La Maragatería, después de que las llamas hayan calcinado una extensión aproximada de ochenta hectáreas de matorral y algo de mata de roble. Una brigada y una máquina motobomba todavía permanecieron de retén durante unas horas en previsión de que pudiera producirse una reproducción del fuego.

Agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local de Ponferrada ya han comenzado a investigar la autoría de un incendio que según todos los indicios ha sido provocado por la mano del hombre. El fuego comenzó durante la mañana del martes en la falda del monte Picueto, en la zona del Morredero y en un área donde ya se han producido otros incendios intencionados, según recordaron fuentes de la administración autonómica.

El incendio ya ha generado polémica en la pedanía próxima de San Cristóbal de Valdueza, donde el presidente de la junta vecinal, Germán Valcarce, se ha quejado de la falta de efectivos de extinción de la Junta de Castilla y León en temporada invernal.

Por su parte, la concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Ponferrada, Cristina López Voces, lamentó ayer los hechos, condenó la conducta del autor del incendio y resaltó, al igual que lo hizo el pedáneo de San Cristóbal, la falta de medios materiales y humanos de la Junta. «En este época del año cuenta con unos medios escasos y se tardó mucho en reaccionar», apuntó López Voces, considerando, no obstante, que «el único culpable es que el que enciende la cerilla».

Los medios movilizados

En las labores de extinción del fuego intervinieron el lunes el helicóptero del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente con base en Tabuyo del Monte, que desplazó una brigada, y otro aparato procedente de la localidad asturiana de Ibias, equipados ambos con bolsas para efectuar descargas de agua, además de una cuadrilla de tierra y dos camiones motobombas.