Precintan el colegio Campo de los Judíos de Ponferrada por grietas estructurales en una aula

Los 168 alumnos de Infantil y Primaria y los 19 profesores del colegio Campo de los Judíos de Ponferrada —ubicado en el barrio del mismo nombre— recibirán e impartirán clase hasta final de curso en el centro La Puebla después de que se hayan evidenciado una serie de problemas en la estructura del edificio. El martes a las 13.45 horas aproximadamente, la profesora y los alumnos de tercero de Primaria —cuyo aula se ubica en la segunda planta— notaron como temblaba el suelo y parte del mobiliario y aparecían una serie de grietas. Fisuras que en buena parte ya existían pero que en ningún caso se pensó que fueran la evidencia de un problema más grave, sino algo superficial.

En el momento en el que notó el movimiento y percibió que el pavimento presentaba un estado diferente, la profesora dio aviso a la dirección del centro y desde aquí se alertó al Ayuntamiento de Ponferrada, que inmediatamente envió a un equipo técnico para valorar el alcance de las grietas perceptibles en el suelo y en una parte de la fachada. Asimismo, se dio aviso también a la Dirección Provincial de Educación. Fueron los técnicos municipales los que recomendaron, en primera instancia, suspender las clases hasta la realización de los pertinentes estudios arquitectónicos.

Por este motivo, la Dirección Provincial de Educación decidió realojar a los estudiantes en el colegio La Puebla. Decisión que se tomó no sólo por proximidad, sino y fundamentalmente porque éste es el único centro de la ciudad que tiene capacidad para asumir la llegada inesperada de un número tan elevado de alumnos. Y es que sólo cuarenta niños cursan aquí sus estudios de Infantil y Primaria pese a tener capacidad para más de 200.

Fue la propia directora provincial de Educación, Emilia Villanueva, la que comunicó a los padres los hechos y las soluciones provisionales en el patio del colegio. A primera hora de la mañana, la máxima responsable de Educación se trasladó a Ponferrada para conocer de primera mano el problema y organizar en persona el traslado de los alumnos. También se reunió, como es lógico, con las direcciones de ambos centros.

A los padres les explicó que a falta de conocer el alcance de los daños, no quieren correr riesgos innecesarios y que por esto y para favorecer el trabajo del personal técnico, se tomó la decisión de llevar a los alumnos a La Puebla. «Se va a hacer un estudio muy completo desde el punto de vista técnico y en colaboración directa con el Ayuntamiento de Ponferrada, que es la administración titular del edificio, para ver exactamente cuál puede ser el alcance de estos problemas que se han detectado», explicaron fuentes de la Delegación Territorial de la Junta, asegurando que es muy pronto para hacer cualquier valoración. «Sería prematuro e incluso temerario aventurar cualquier cosa cuando se está todavía estudiando», añadieron las mismas fuentes.