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Pedro Fernández alcalde de Toral de los Vados

«No queremos pensar qué sería del municipio sin Cosmos»

El regidor de Toral destaca la implicación de la cementera en la vida municipal y los beneficios que reporta a las empresas de la comarca . Como en cualquier relación que se prolonga en el tiempo, la que protagonizan Cementos Cosmos y el municipio de Toral de los Vados, que acaba de cumplir su noventa aniversario, ha atravesado por altibajos, si bien el regidor destaca el cambio positivo en la conducta de la cementera desde finales de la década de los 60, tanto en la relación con los trabajadores como con su entorno.

Pedro Fernández, alcalde de Toral de los Vados, en una imagen de archivo.

Publicado por
j. c. f. | Toral de los vados
León

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Tras noventa años de relación, uno no se entendería sin el otro. Especialmente en el caso de Toral de los Vados, cuya actividad laboral «en más de un 40% está vinculada directamente, con habitantes del municipio trabajando allí, o indirectamente con la cementera, a través de empresas de nuestro polígono con tajo relacionado con Cosmos». Quien ofrece esta cifra no es otro que el alcalde de la localidad, Pedro Fernández, que, dando voz al sentir de los vecinos, no duda en afirmar que «no queremos pensar qué sería de Toral de los Vados sin la cementera».

—¿Tanta es la vinculación?.

—En Toral rara es la familia que no tiene un familiar que trabaja o se ha jubilado en Cosmos. Y si hablamos de lo que supone para el Ayuntamiento, sin su colaboración no sería posible que un municipio de 2.200 habitantes desarrollase iniciativas o tuviese servicios como los que pone a disposición de sus vecinos. Según nuestros cálculos, en torno al 50% de nuestro presupuesto municipal depende de Cosmos.

—Sin embargo, el resto de la comarca...

—La cementera es una gran consumidora. Yo lo comparo con la minería para la provincia, cuyos efectos se dejan sentir más allá de donde están las explotaciones. Muchas empresas trabajan para Cosmos, muchas le suministran, pues es una empresa que necesita mucho almacenaje. Muchos autónomos con el transporte. Muchos trabajadores de Cosmos residen en otros municipios. Además hay que decir, que tras las inversiones realizadas en materia medioambiental su actividad, como sucede en otros lugares donde hay cementeras, es perfectamente compatible con cualquier tipo de actividad productiva.

—Cosmos cambió a Toral. Lo convirtió en un municipio industrial...

—Pero eso no fue así desde el principio. Se puede hablar de dos etapas. La primera hasta finales de la década de los sesenta cuando había muchos trabajadores, pero los sueldos bajos les obligaban a continuar con sus labores en el campo o en la ganadería. En este sentido recuerdo lo que me comenta mi padre: la gente que tenía ganado, cuando vendía un ternero, esos ingresos le suponían el sueldo de un año en Cosmos. También estaban los ‘días de haber’, que dejaba en manos del encargado obligar a trabajar unos días gratis para a la empresa. Eso cambió desde los 70, con la llegada de nuevos inversores, y la empresa se abrió a la sociedad de Toral, y ésta ya la considera como suya. Además, su presencia nos ha ayudado a que el ferrocarril siga siendo importante en nuestro municipio.

—También ha existido una colaboración en el desarrollo urbanístico del municipio.

—Pero es lo que te digo. Al principio nunca de forma desinteresada. Por ejemplo, Cosmos construyó las escuelas de Toral, pero a cambio de la cesión de una parcela de 20 hectáreas de la junta vecinal para extraer arcilla para la fabricación de cemento en aquella línea húmeda. En la última fase su disposición a colaborar es total y siempre que lo requiere el municipio, echan una mano. Y eso se nota en el pueblo, con una excelente relación y la gente considera la fábrica como algo propio.

— Como vecino, ¿qué recuerdos guarda?

—Muchos. De años en los que había escasez de cemento y si conocías a alguien de la cementera podías conseguir sacos, del accidente en la nave de homogeneización, y también lo que me contó mi padre de lo que la fábrica y el director de entonces, Mariano Remacha, ayudaron a los trabajadores de los que se tenían noticias de que iban a ser ‘paseados’ ,a los que dejaban dormir en la fábrica. Y también reclamaron a gente que estaba en el frente, durante la Guerra Civil, para que volvieran a Toral de los Vados aduciendo que se trataba de personal cualificado. Se puede decir que Cosmos salvó muchas vidas.

—También del economato...

—Gracias al economato de Cosmos, los vecinos pudieron tener acceso a productos o ropa que a otros puntos de la comarca no llegaban. Era un almacén completísimo, tenía a tres o cuatro personas despachando, y lo utilizaba todo el mundo pues, quien no tenía un familiar, tenía un conocido que le podía sacar cosas, eso sí, sabiendo que cuando más sacaras, más menguaba la nómina al final de mes porque se iba descontando.

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