Carballiño recupera el récord del pulpo
El municipio gallego superó por 10 centímetros el Guinness de Ponferrada al servir una tapa de 5,10 metros de diámetro, con 430 kilos del preciado cefalópodo.
Ponferrada le había tocado de lleno la fibra sentimental a O Carballiño (Orense). El pasado abril La Taberna del Sil, con Adriano Morán al frente y con cualificados pinches de cocina como el presidente de la Academia de Gastronomía de León, Ramón Villa, lograban inscribir a la capital berciana en el Libro Guinness de los Récords al preparar una tapa de pulpo de cinco metros de diámetro con 508 kilos de cefalópodo.
La afrenta competitiva —en el buen sentido— caló de tal forma que al día siguiente el alcalde de O Carballiño, Argimiro Marnotes, ya anunciaba que habría revancha con Ponferrada para arrebatarle la marca. Y así fue.
En la noche del pasado martes, en la localidad gallega el notario dio fe de una nuevo récord, al lograr la veintena de pulpeiras de la localidad de Arcos (en el propio Carballiño) servir una tapa de 5,10 metros de diámetro, con 430 kilos de pulpo.
Los gallegos sirvieron menos pulpo que los bercianos (éstos 508 kilos). Pero los primeros utilizaron la clave del récord que era servir la tapa de pulpo más grande del mundo. Y eso sí lo lograron, construyendo una tapa más grande que la que se vio el domingo 13 de abril en Ponferrada, con apenas 10 centímetros más de diámetro.
«Vamos a estudiar la posibilidad de batir el récord de Ponferrada y lo queremos hacer este año», decía a este periódico hace apenas cuatro meses el alcalde gallego, Marnotes. Y lo cumplieron, porque Ponferrada tocó de lleno su orgullo local, dado que O Carballiño lleva más de medio siglo celebrando su fiesta del pulpo (este año cumplieron la 53 edición). Y si de mucho es conocida la población es precisamente de lo rico y bueno que está el pulpo que venden y elaboran sus afamadas pulpeiras, especialmente en la fiesta de agosto. Pero, aunque esta vez O Carballiño ganó por diez centímetros de tapa, es previsible que exista revancha y que desde Ponferrada apuesten por volver a dar la campanada mundial. En el pueblo gallego, el pulpo lo cortaron en apenas 12 minutos y los vecinos contuvieron la respiración hasta lograr el récord.