Una joven herida grave por la explosión de una bombona de butano en Ponferrada

Un trágico suceso sobresaltó ayer a primera hora de la mañana a los vecinos de la calle San Lázaro de Ponferrada, en pleno centro de la ciudad. Alrededor de las 9.00 horas se produjo una fuerte explosión en una de las vivienda ubicadas en el número 3 de dicho vial que pudo haber acabado con la vida de su única inquilina, herida de gravedad a consecuencia de una detonación de gas butano. Según confirmaron desde el servicio de bomberos de Ponferrada, la explosión se produjo por acumulación de gas —probablemente durante toda la noche— y cuando la inquilina procedió, ya de mañana, a pulsar algún interruptor eléctrico, encender un mechero o una cerilla, o simplemente poner en marcha un secador de pelo todo voló por los aires, incluidas dos de las paredes del apartamento. Lo que no se vio afectado, eso sí, fue el resto del edificio.

La joven herida tiene 31 años, responde a las iniciales A.C.M, es de Sevilla y llevaba apenas tres meses residiendo en este apartamento de una habitación, con salón, cocina y cuarto de baño. Fue ella misma quien abrió la puerta a los bomberos una vez que éstos se personaron en el lugar alertados por el 112, a quien a su vez avisaron los vecinos al escuchar la fuerte explosión. A.C.M. estuvo consciente en todo momento pero en estado se shock. Presentaba quemaduras en cara, pecho y piernas, según explicó el sargento de los bomberos. Él mismo ayudo a bajar a la joven a la entrada del edificio para ser atendida por el equipo médico desplazado. Después, fue llevada al Hospital del Bierzo —grave pero estable—, ingresada en la UCI y, a última hora de la mañana, trasladada al Hospital Juan Canalejo de La Coruña, dotado de una unidad de quemados de referencia.

Por su parte, el apartamento quedó destrozado. Salvo la puerta de entrada y el baño, el resto de las estancias sufrieron serios daños. «Si la mujer llega a estar en la cama cuando se produjo la detonación, la hubiera aplastado la pared», explicó el sargento de los bomberos, mientras relataba que la onda expansiva provocó el derrumbe del muro que separaba la cocina de la habitación y que éste cayó sobre la cama. Igualmente se vino abajo el tabique que delimitaba la cocina y el pasillo. Finalmente, la onda expansiva reventó las ventanas y salió al exterior, lo que evitó que los daños fueran mayores.

La desgracia era perfectamente visible desde la calle. La explosión empujó las ventajas hacia fuera, reventó las persianas e hizo añicos los cristales. Y todo ello teniendo en cuenta que la bombona de gas butano que está en el origen de todo no estaba entera, lo que contribuyó a minimizar los daños, que hubieran sido más graves si la cantidad de gas acumulado durante toda la noche hubiera sido mayor, según apuntó el concejal de Seguridad de Ponferrada, Aníbal Merayo.

Al escuchar el estruendo y el ruido de cristales los vecinos creyeron que un vehículo había impactado contra algún escaparate de la zona.