ECONOMÍA
Un consorcio proyecta reabrir la mina de plomo de Sobrado y crear 130 puestos de trabajo
La inversión superaría los 3 millones y el alcalde confirma el interés en 900 hectáreas
La explotación de plomo y zinc, con posibilidad de plata, caliza y sílice, sería de interior en esta zona entre Friera y Requejo
Un consorcio empresarial con participación de inversores nacionales e internacionales quiere reabrir la vieja mina de plomo y zinc que entre 1967 y 1975 explotó en montes del municipio berciano de Sobrado la firma Riokumer, con una producción total de 158.000 toneladas, (2,5% de plomo y 1,5% de zinc, según la documentación a la que ha accedido este periódico).
Ahora, y según confirmaba ayer el alcalde de Sobrado, Constantino Valle, el proyecto de explotación abarcaría entre 900 y 1.000 hectáreas del subsuelo, en montes situados entre las localidades de Requejo y Friera. La explotación no sólo busca plomo y zinc, sino también posibilidad de plata y extracción de calizas y sílice.
En principio, según la negociación que está en curso y «avanzada», la pretensión es volver a poner en marcha la mina con 130 trabajadores. La inversión estimada de la que se ha hablado se sitúa entre los 3 y los 4 millones de euros. «El proyecto quiere ponerse en marcha a corto plazo», confirmaba el mandatario municipal.
Una de las cuestiones que han puesto encima de la mesa los promotores del proyecto —cuya concesión minera es conocida en la sección de Minas de la Junta como Antonina, Nieves y Nieves II, y que según el último informe de concesión de abril de 2014 pertenece a Carbones del Nalón S.A.— es que la proyectada reapertura de la mina aprovecharía la construcción de la autovía de Ponferrada a Orense. Un proyecto que para los promotores les convendría de cara a la salida del material.
Las tres concesiones de explotación citadas, que coinciden con la zona que ahora se quiere reutilizar, cuenta con un amplio historial minero y ahora mismo está sin actividad. Arrancó con la empresa Riokumer hasta 1975. Luego esta firma arendó las concesiones, con opción de compra, a las compañías multinacionales, la francesa Peñarroya, Exminesa y la de origen finlandés Otokumpu Minera Española. Todas líderes en el sector del zinc.
Entre 1973 y 1978 actuó Peñarroya con una amplia campaña de exploración de la zona. Fue la época en la que se construyó un «lavadero de flotación» con capacidad para 300 toneladas por día, y donde se realizaron las pruebas metalúrgicas con un tratamiento de unas 5.000 toneladas métricas. Luego llegó Exminesa e invirtió 50 millones de pesetas. Perforó con 12 sondeos y utilizó el citado lavadero.
Entre 1991 y 1994 la finlandesa Outokumpu reevaluó el proyecto de la concesión Mina Antonina, después de 10 años de dejarlo Exminesa. Y realizó durante tres años prospección de nuevos yacimientos en las concesiones Nieves I y Nieves II. La inversión que aparece en los proyectos se cifró en 60 millones de pesetas. Se extrajo a un ritmo de 16.000 a 20.000 toneladas al año y el mineral concentrado era fundamentalmente glena.
Luego arrendaron las concesiones a la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya y entre 1991 y 1994 se sacó galena y blenda a un ritmo de entre 7.000 y 10.000 toneladas al año. Posteriormente se arrendó a Outkumpu. En 1999 la concesión la compró en concurso de subasta pública Carbones del Nalón, tras contar con los derechos mineros por transmisión a favor de la Comisión de Acreedores Constructora Asturiana.