Diario de León

Los castañicultores denuncian el nulo encaje del sector en las ayudas de la PAC

La superficie mínima de la parcela, fijada en mil metros cuadrados, principal lastre.

Soto de castaños en pendiente, en una imagen de archivo.

Soto de castaños en pendiente, en una imagen de archivo.

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j. c. f. | Ponferrada
Ponferrada

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Era la primera vez que el castaño encontraba encaje en el régimen de ayudas de la PAC —dentro del apartado de ‘Cultivos permanentes en paisajes singulares’—, sin embargo, los profesionales del sector ya vaticinan que tendrá una escasa repercusión entre los propietarios de castaños del Bierzo.

«No se han tenido en cuenta ni las especiales condiciones de la comarca, ni del cultivo en sí del castaño en esta zona», aseguró ayer el presidente de la Mesa del Castaño del Bierzo, Ángel García.

Unas características que hacen que no guarde mucha sintonía con las características que recoge la orden publicada por la Junta de Castilla y León el pasado 30 de diciembre, sobre todo en cuanto a la superficie mínima que debe tener la parcela. En la orden de la consejería se recoge que los beneficiarios de esta ayuda deberán reunir al menos una hectárea de superficie para la firma del contrato, siendo la superficie mínima de cada parcela agrupada de mil metros cuadrados. «En la zona del Bierzo es muy difícil que se alcancen estas cifras, y más si se añade el condicionante de un número determinado de árboles por hectárea», aseguran. Una cifra que se ha establecido en ‘cien pies’ por hectárea. «Hay que tener en cuenta de que estamos hablando de superficies en pendiente, con lo que la distancia entre los árboles es mayor, las copas de estos y demás», apuntan desde la Mesa del Castaño, desde donde se confía en que estas especiales características del Bierzo sean tenidas en cuenta de cara a próximas convocatorias.

En la orden de la consejería publicada en el Bocyl se detallaban las condiciones que deben reunir las parcelas para aspirar a esta línea de ayudas para cultivos permanentes de cara a favorecer «la existencia de paisajes singulares» y reducir «el alto riesgo de abandono de los mismos dada su escasa rentabilidad». Las cuatro máximas que deberían cumplir las parcelas son que estén localizadas en abancamientos o terrazas, que la misma cuente con algún elemento singular en forma de setos vivos o muros de piedra, con pendiente igual o superior al 10% —la de más fácil cumplimiento en el Bierzo— o que estén ubicadas en municipios incluidos en un Parque Natural de Castilla y León.

Por su parte, el propietario de los castaños debe adquirir el compromiso de mantener una serie de condiciones agroambientales y climáticos a lo lago de un periodo de cinco campañas, entre las que se encuentran las de implantar o mantener una cubierta vegetal, no realizar labores a favor de pendiente, no utilizar productos químicos para el control de las malas hierbas o no pastorear en la zona.

Los condicionantes de superficie, junto con estas últimas obligaciones que adquiere el propietario de los sotos, y ello unido a los nimios beneficios que le reportaría esta línea de ayudas al castañicultor —cien euros por hectárea al año— , la convierten en una orden poco atractiva para los dueños de los castaños del Bierzo. «Parece que se está hablando de una orden que se ha trasladado de otro tipo de cultivo y de otras zonas de producción extensivas, donde con muchos árboles sí te pueden llegar a financiar un tratamiento, por ejemplo de chancro. Pero aquí no, pues estaríamos hablando de un euro por árbol, o similar».

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