Los expertos apuestan por el bosque como base de la nueva economía rural
Calabuig alerta de los cambios experimentados en la masa forestal de Ponferrada.
Ponferrada celebró ayer en el Campus del Bierzo el décimo encuentro del Día Internacional de los Bosques. Fue una jornada en la que se recopilaron los datos de los últimos diez años de esta celebración, centrada de manera específica en el municipio de Ponferrada. Se habló de la sostenibilidad de los bosques,a preservación de las plantas en el municipio, el ejemplo de Palacios del Compludo para la conservación, la repoblación y gestión de los bosques cantábricos, así como de los bosques como base para una nueva economía rural. En este último caso una ponencia defendida por Alfonso Fernández Manso, de la Universidad de León. También se habló del castaño para la nueva economía del Bierzo, de cerveza berciana «con cuerpo y espuma», de las alternativas ecológica de frutos del bosque y de arboles monumentales.
En el acto estuvo el alcalde de la ciudad, Samuel Folgueral quien abundó en la importancia de la mejora ambiental, la conservación y promoción de los bosques, así como aprovechamientos como el micológico. «No debemos de cuidar los montes no sólo para asuntos de ocio, o cuestiones que tienen que ver con el disfrute paisajístico, sino que tenemos que ser conscientes de la existencia de una gran posibilidad de desarrollo en el tratamiento y recolección de la industria maderera y micológico, el aprovechamiento de nuestros bosques», dijo el alcalde, quien abundó en la «oportunidad extraordinaria para desarrollarnos con el aprovechamiento forestal».
Folgueral destacó la riqueza existente, que está en el territorio «y no depende de un consejo de administración ni de decisiones metropolitanas». «Esto es nuestro, pertenece a nuestro territorio y de su aprovechamiento racional tenemos una gran oportunidad de desarrollo, y con esta jornada se seguirá impulsando la posibilidad de aprovechar nuestros recursos autóctonos, para poder seguir modelando, teniendo paisaje y a la vez también disponer de una posibilidad de desarrollo», concluyó Folgueral.
Por su parte, Estanislao de Luis Calabuig, del grupo de ecología y experto de la Universidad de León, puso de manifiesto que «los cambios cada vez se aceleran más». Dijo que en un recurso tan importante como son los bosques hoy día hay que tener en cuenta todos los procesos humanos, cada vez más acelerados, y los que indirectamente se producen como consecuencia de esas actuaciones, que es lo que se conoce hoy en día como cambio climático. «Diez años es un periodo de tiempo todavía pequeño, —dijo Calabig— pero suficiente para darnos cuenta de que las cosas siguen un proceso que es necesario tener en cuenta; desde el punto de vista ecológico y ambiental es necesario poner de manifiesto que esos cambios existen simplemente para poder prever qué es lo que puede ocurrir; y hay que tener en cuenta que los procesos son de distinto tipo y juntos puedan llevar a unas situaciones en las que quizá los réditos que podamos obtener de los bosques pueda verse perjudicados; por eso tenemos que poner freno de alguna manera lo antes posible».
Las principales amenazas son las actuaciones que pueda tener la especie humana. Mirando cincuenta años atrás se aprecia como el uso y el aprovechamiento de los bosques, y por tanto los bienes y los servicios que se podían obtener de esos bosques, han cambiado muchísimo. «Todo esto es impredecible, porque los efectos dependen de las actuaciones», resaltó el catedrático. Explicó que, por ejemplo la crisis económica está impulsando a las personas hacia las zonas rurales «y eso puede provocar también cambios».