Visitantes y feriantes invaden Cacabelos en la Feria de Mayo
Cacabelos celebró ayer una de sus no pocas fiestas, en este caso, la Feria de la Cruz de Mayo que tiene lugar cada primero de dicho mes. Visitantes, feriantes y pulpeiros tomaron la villa del Cúa en un ferial que concita anualmente a cerca de 10.000 visitantes. Este año, el número de puestos participantes superó los seiscientos y ni siquiera las obras que todavía afectan al puente sobre el río Cúa —que dividió en dos la celebración, ya que a ambos lados había que hacer— mitigó la llegada de personas dispuestas a disfrutar de un día de feria, entre puestos de ropa, calzado, bisutería, decoración, guarnicionería, alimentos y, por supuesto, pulpo. Fue éste el rey de la mesa entorno al que muchas familias de Cacabelos y de fuera de él disfrutaron de una jornada en común.
Tapas de varios tamaños, pulpo a feira, con pimentón o sin él, con sólo un chorro de aceite y un buen aderezo de sal. Lo hubo de todos modos y tamaños para saciar los estómagos vacíos de quienes se decidieron a recorrer cada uno de los puestos integrados de la feria. Y es que si hay un pulpo conocido en el Bierzo, es el que cuecen con experiencia y esmero las afamadas pulpeiras de Cacabelos.
Ayer era difícil aparcar cerca del casco urbano de la villa del Cúa. El éxito precede a la Feria de Mayo que, año tras año, sigue haciendo honor a su fama y ganando cada vez más adeptos.