El Santo sale en medio de la sequía del carbón

Era el año 1628 y la sequía amenazaba otra vez la cosecha. Auguraba un invierno de hambre y miseria, como los anteriores. Bembibre y los pueblos del Arciprestazgo del Boeza, fracasadas todas las rogativas, sacaron al Ecce Homo — El Santo, le llamaban—a la calle en procesión para que intercediera por ellos. Y el 14 de abril, cuenta el historiador local Manuel Olano, ocurrió el prodigio y llovió.

Cuatro siglos después, convertida la Salida del Santo en una fiesta y en una tradición que se renueva cada siete años desde 1903, Bembibre y los pueblos de la cuenca del Boeza volvieron a sacar ayer al Ecce Homo en procesión desde su Santuario a las afueras de localidad hasta la céntrica iglesia de San Pedro, en la plaza Mayor. Y es la mina, que agoniza, la que ha sustituido al campo en las rogativas. Desde el pregonero, Valentín Carrera, que lo hizo el viernes desde el balcón del Ayuntamiento, hasta las parroquias, que hoy a las 20.00 horas dedicarán el segundo día de la Novena del Santo a los mineros y el mundo del trabajo, la situación extrema que atraviesa la minería y su futuro incierto marcan el comienzo de los festejos.

Como hace siete años, como hace catorce, una multitud donde no faltaron las mujeres ataviadas con peinetas y velos, y algunos fieles que realizaron el recorrido descalzos para que se cumplan las plegarias, se congregó ayer a lo largo de la explanada del Santo, la calle Castilla y la plaza Mayor para asistir al cortejo de pendones de todas las parroquias del arciprestazgo que acompañó a la imagen del Ecce Homo. Escoltada por los agentes del cuartel de la Guardia Civil vestidos de gala, la cofradía del Ecce Homo, la nueva corporación municipal que preside José Manuel Otero, el resto de alcaldes de la cuenca y autoridades como el delegado de la Junta de Castilla y León, Guillermo García, o el presidente del Consejo del Bierzo, Alfonso Arias, la talla del Santo descendió hasta la plaza Mayor en carreta para encontrar cobijo durante los próximos nueve días en la iglesia de San Pedro.

En la plaza ofició la Eucaristía el obispo de Astorga, Camilo Lorenzo, acompañado de los párrocos del Arciprestazgo del Boeza. Cuenta Manuel Olano, que mañana lunes a las 19.00 horas ofrecerá una conferencia en la Casa de las Culturas para explicar el origen y la tradición de la fiesta, que ya desde el mismo siglo XVII «el mayordomo de propios» del Ayuntamiento de Bembibre destinaba una partida para celebrar el 14 de abril «la legendaria misa del milagro».

Lo que está por ver es si en 2022, cuando llegue la próxima Salida del Santo, quedará algún minero activo en la cuenca del Boeza por el que rezar.