El Magrama envía medios aéreos y una brigada a un incendio de nivel 1 en Fabero

Todavía no se ha activado el operativo especial antiincendios que cada año se despliega el día 1 de julio, pero varios efectivos de extinción ya han tenido que intervenir este fin de semana en un incendio que llegó a ser declarado de nivel 1 por las horas durante las que permaneció activo en los montes de la pedanía de San Pedro de Paradela (Fabero). De hecho, al cierre de esta edición, el nivel de alerta seguía siendo el mismo, aunque el fuego estaba ya perfectamente acotado y controlado y únicamente era visible en forma de humo no muy intenso, según describió el alcalde de Peranzanes, Vicente Díaz. Y es que aunque las llamas afectaron fundamentalmente a montes del término municipal de Fabero, en las últimas horas habían superado ya el límite del municipio de Peranzanes, entrando tímidamente en territorio de la localidad de Cariseda.

El propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) movilizó ayer varios medios aéreos y a la brigada de refuerzo de incendios forestales con base en Tabuyo del Monte (León). El objetivo era acotar cuando antes un fuego que se declaró a las 23.45 horas del viernes y todavía ayer daba sus últimos coletazos. Fue a las 19.20 horas del sábado cuando alcanzó la consideración de nivel 1, referido a aquellos incendios que pudiendo ser controlados con los medios de extinción previstos por la comunidad autónoma, se prevé, por su posible evolución, la necesidad de la puesta en práctica de medidas para la protección de las personas y de los bienes que puedan verse amenazados por el fuego.

Así pues, desde primera hora de la mañana de ayer trabajaban en la zona —movilizado por el Ministerio para apoyar la labor de los medios desplazados por la Junta de Castilla y León— además de la brigada de Tabuyo, tres medios aéreos de gran capacidad: dos aviones anfibios con capacidad de descarga de 5.500 litros procedentes de la base de Matacán, en Salamanca; y un helicóptero Kamow de 4.500 litros de la base de Villares de Jadraque, en Guadalajara. El incendio, según fuentes ministeriales, se produjo en una zona de «orografía complicada», poblada principalmente de matorral y robledal, en la que también participaron en labores de extinción dos helicópteros de la Junta de Castilla y León como bombarderos —uno de ellos con su propia brigada de la base de Camposagrado— y un camión autobomba.