Suertes recuerda el incendio que hace medio siglo arrasó el pueblo

Suertes, un pueblo situado en el Valle de Ancares, sufrió el 1 de septiembre de 1965 un incendio que lo destruyó casi por completo. El incendio de un pajar situado en la zona alta del pueblo fue el origen de este fuego que se propagó en cuestión de minutos por la acción del viento. Muchas edificaciones poseían techos de paja lo que provocó que ardieran rápidamente sin poder hacerse nada. Del medio centenar de casas que se contabilizaban entonces quedaron menos de una decena en pie, según informó Ical. Algunas familias salvaron la parte de la vivienda y perdieron la que albergaba los animales, los aperos, el grano, la cosecha, la paja y la hoja para alimentar al ganado durante el invierno. La mayoría de sus habitantes se dedicaban a la agricultura y la ganadería y en el momento en el que se produjo el fuego —primeras horas de la tarde— eran mujeres y niños quienes se encontraban en el pueblo. Muchos de los niños que presenciaron este incendio recuerdan ahora el miedo que pasaron. «La gente tuvo que salir, irse del pueblo, se quedaron con una mano delante y otra detrás», relató Milagros Alonso a Ical. Los adultos recuerdan como se quemó hasta el dinero. «A mi no me quedó nada, ni un trapo. Se quemó todo», comentó una vecina del pueblo llamada María. Tras el incendio, la Diputación de León acordó que el pueblo de Suertes de Ancares perteneciese al municipio de Candín, en la comarca de Ancares. En el momento del incendio el pueblo contaba con 70 vecinos y ahora solo con 24, de los que 16 residen de forma permanente. Su pedáneo, Miguel Ángel Viñambres, comenta y bromea sobre el pueblo que «los niños tienen de 75 para arriba». No obstante, se mantiene algo de actividad con un taller, un negocio de construcción y obra civil y algo de ganadería.