LA CRISIS DE LA MINERÍA
Rey sigue adelante con su plan para reabrir en enero Antracitas del Bierzo
El empresario de Bembibre cuenta con un crédito y quiere contratar 90 mineros
Viejas instalaciones de Antracitas del Bierzo, entre los términos de Bembibre y Noceda
Lo adelantó hace un año este periódico y ahora el proyecto toma forma, con el plan de actuación ambiental y de restauración sometido a información pública ante los servicios de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. El empresario Antonio Rey sigue adelante con su plan para reabrir Antracitas del Bierzo, explotación cerrada hace ya varias décadas y que se ubica entre Noceda y Bembibre. El industrial, que pasa de los ochenta años y confía en la gestión de sus nietos, asegura que cuenta con crédito bancario y espera reabrir la explotación con el inicio del próximo año, en enero. Para ello, en función de cómo discurran las gestiones, la previsión es contratar entre 90 y 100 mineros.
El Boletín Oficial de Castilla y León publicó en su edición del ayer la Evaluación de Impacto Ambiental del proyecto de minería de interior denominado «La Última y Otras» en los municipios de Noceda y Bembibre, un proyecto que, promovido por el ex alcalde de Bembibre y empresario minero Antonio Rey a finales de 2013, y que ahora se somete a información pública durante un periodo de 30 días. Se trata concretamente del estudio de impacto ambiental del proyecto de minería de interior en la concesión denominada «La Última y Otras».
Antracitas del Bierzo se sometió en octubre de 1993 a los planes de reconversión del Gobierno junto a las antiguas Antracitas de Marrón y Combustibles de Fabero y presentó un expediente de extinción de contratos para sus últimos 145 trabajadores.
Antonio Rey solicitó en 2013 la autorización a la Junta de Castilla y León para reabrir la desaparecida Antracitas del Bierzo, sociedad con la que explotó entre 1979 y 1993 una concesión de ocho mil hectáreas en la linde entre los municipios de Toreno, Bembibre y Noceda. El proyecto presentado por el empresario minero, que reúne ochenta concesiones administrativas en una extensión de ocho mil hectáreas de terreno, contemplaba de aquella la contratación de 250 trabajadores por la posibilidad de alcanzar una extracción de hasta 380.000 toneladas de carbón al año. La reapertura del grupo obligaría a invertir en torno a tres millones de euros para poner al día la explotación, fondos que el empresario aportaría mediante créditos bancarios.