Beatriz Escudero y Luis del Olmo abren los festejos invocando al espíritu de Gil
El locutor se suma al pregón de la empresaria desde el balcón de La Fonda.
Empresaria, mujer y madre. Así se definía anoche la directora general de la firma Pharmadus, Beatriz Escudero, cuando entabló un diálogo ficticio con la reencarnación del poeta y escritor romántico Enrique Gil y Carrasco en el pregón de las Fiestas de la Encina. «Eso que escucho ¿es la radio?» se preguntó la emprendedora. Y efectivamente, era la voz del locutor Luis del Olmo, la que desde el balcón de La Fonda, frente a la Casa Consistorial, sorprendía a los despistados dando vida al autor de El Señor de Bembibre .
Hablaba Beatriz Escudero, que comparte nombre con la enamorada del personaje más famoso de la novela, Beatriz de Osorio, de lo que implica ser empresaria —«apostar por el liderazgo ético, por la honestidad, por la cultura de la innovación con rostro humano»— mujer —«la capacidad de construir relaciones escuchando», «para crear entornos participativos»— y madre —«lealtad a la familia, amor incondicional y entrega»— cuando irrumpió en el pregón la voz que reconocía a otra Beatriz, la de «un pobre poeta» que regresaba doscientos años después y cree ver a su personaje en la misma plaza donde tenía su casa de niño y donde estudiaba en el viejo colegio de los Agustinos.
Y así, en busca de la originalidad en el año del bicentenario del nacimiento del autor, y ante la alcaldesa, Gloria Merayo, que la puso como ejemplo de lo que busca para Ponferrada, Escudero enhebró una conversación con Gil-Del Olmo que le sirvió a la pregonera para reclamar «coraje» para exigir a las instituciones que construyan «un nuevo futuro, una nueva Ponferrada, un Bierzo nuevo». Y defendió Escudero el paisaje del Bierzo «que nos empeñamos en destruir» y a los bercianos como «personas de futuro», «pero con arraigo, lealtad y respeto a nuestro pasado».
Y acabaron, Escudero y del Olmo reproduciendo el diálogo en que Doña Beatriz le dice a Don Álvaro que la acompañará «hasta la muerte». Así que al final no debía faltarle pasión. «Con Ponferrada, con el Bierzo, con todas las gentes buenas, luchadoras, emprendedoras y trabajadoras de esta majestuosa tierra. Con todos hasta la muerte», aseguró la directiva de Pharmadus antes de entonar los vivas de rigor.