Las carrozas sacan a la calle la ilusión infantil
El Ayuntamiento quiere convocar un concurso para incentivar la participación
Una de las carrozas más vistosas por su aparatosidad cerró el desfile
En Ponferrada el desfile de carrozas sobrevive a todos los tiempos, a los de bonanza y a los de crisis. Es parte de la fiesta, de la tradición, de la esencia también de unos días dedicados al ocio, y en este caso pensados para incentivar la ilusión de los más pequeños.
Ayer, de nuevo coincidiendo con la celebración del día central de los festejos de La Encina, salieron a la calle las carrozas y las calles se llenaron de padres con sus pequeños, que en ocasiones no se sabía quién de las dos partes disfrutaba más con lo que se veía.
Ocho carrozas recorrieron la ciudad para aportar alegría y un buen momento para la población infantil. También la juvenil y los mayores, que cada año cumplen igualmente con lo que ya se puede decir sin ánimo a equivocarse que se trata de una arraigada tradición de más de medio siglo en Ponferrada.
Los gigantes y cabezudos, las comparsas de música, integrantes de peñas abrieron un desfile que partía a media tarde desde el populoso barrio de Flores del Sil, se adentraba por la zona centro para enfilar hacia la plaza del Ayuntamiento.
Estaban la Asociación de Peñas de Ponferrada, que se involucran en este evento pensado para los más pequeños y también colaboradores como Tractores Coberman. Si los gigantes y cabezudos imponían con su altura y sus peculiares caras e indumentaria, no menos lo hacían los que les seguían.
Las caras de los más pequeños eran un poema de inocencia e ilusión incontenida al ver pasar a sus pies a los leones y ángeles de la peña Lección de Humor; a la Pantera Rosa; la elegancia en el tiempo, de la peña Villanueva; a los Monster Hign, de la peña La Corona; a Asterix y Obelix; a Bob Esponja de la peña Pimiento Picante; a Angry Bird y también a la carroza de romanos, de la peña Puente Boeza.