«Las personas cambian a veces incluso antes de ir a la carcel»

«La cárcel está para cambiar a las personas, pero a veces, las personas cambian incluso antes de ir a la cárcel». Así se expresó ayer el párroco de Cacabelos, Jesús Álvarez, después de conocer que la Fiscalía había aceptado el atenuante de la dilación en el proceso para alcanzar un acuerdo con la defensa del el vecino de Quilós que guardaba en su casa un arsenal de armas y munición ilegal. Álvarez, que había intercedido desde el púlpito para pedir una pena proporcionada para el procesado, de 41 años y con pareja y dos niños a su cargo, no tenía claro ayer si su feligrés ingresará en prisión, pero pase lo que pase espera que «la conclusión será lo más positiva posible». «Espero que la vaya lo mejor posible y con esto nadie legitima el uso de armas ni de explosivos, yo estoy a favor de las personas que cambian y están dispuestas a cambiar», aseguró.

Después de que vecinos de Quilós y Cacabelos promovieran la pasada semana una recogida de firmas de apoyo al acusado, el párroco recordó que se está hablando de delitos cometidos hace cinco años y «la persona ha cambiado». Jesús Álvarez dejó claro que «la Justicia tiene que actuar, nadie lo discute, pero tiene que ser rápida también, porque no se puede tener a una persona esperando por una sentencia cuando tiene una conducta normalizada. No se puede decir que es un nazi una persona que tiene a una extranjera como pareja y que ha acogido a sus dos hijos», aseguró a este periódico.

«Me han llamado nazi»

El párroco lamentó que su intervención en el caso haya despertado comentarios anónimos en redes arremetiendo contra su labor en la parroquia de Cacabelos. «Me han llamado nazi y yo no justifico el uso de la violencia, ni actitudes racistas ni xenófobas», afirmó.