Comienza la restauración de la torre de la Encina en su 400 aniversario

La primera piedra de la torre de la Basílica de la Encina asegura que comenzó a edificarse en 1614, siendo corregidor de Ponferrada el doctor Gutiérrez Molina. En realidad, la construcción se inició con retraso al año siguiente y cuatro siglos después el campanario vuelve a estar en obras para conmemorar su 400 º aniversario.

Serán ocho fases para consolidar su estructura, crear un espacio expositivo que cuente la historia de la construcción de toda la basílica, y, sobre todo, sustituir las viejas escaleras de caracol que sirven de acceso desde el coro y permitir así que el público pueda usar la torre como mirador. Los trabajos para dotar a la torre de la escalera apropiada, financiados con 10.000 euros del Plan de Catedrales del Instituto Leonés de Cultura —dependiente de la Diputación de León— y tres mil euros del propio órgano rector de la Basílica, ya ha comenzado y ayer se podía ver el contenedor de escombros a la sombra del templo.

«Esta actuación plantea la eliminación de elementos estructurales de madera dañados que se ejecutaron en determinados momentos históricos y en función de la capacidad económica que disponía la parroquia, realizándose actuaciones no siempre encaminadas a la puesta en valor del edificio», explica el arquitecto Gerardo Arias en la memoria del proyecto.

Los trabajos, añade la memoria del arquitecto, también contemplan la apertura de huecos en las fábricas para reorganizar los accesos en el interior de la torre y el bajo cubierto y facilitar de esta forma el mantenimiento de la edificación. «A fecha de hoy, existen puntos conflictivos y de difícil acceso al bajo cubierta que no permitirían un adecuado mantenimiento en el futuro», asegura Arias.

Junto a la recuperación de la torre, también están previstas actuaciones de limpieza, consolidación y mejora de las fábricas «así como de los espacios sobre bóvedas y bajo cubiertas», añade el arquitecto.

Historia de la Basílica

La actual Basílica de la Encina comenzó a edificarse en el año 1573 en un lugar que ya albergaba en el siglo XII la antigua iglesia de Santa María. Derribada en 1571 tras quedarse pequeña para acoger a todos los fieles, la nueva basílica no se concluyó hasta finales del siglo siguiente.

Fue Pedro Álvarez de Toledo el que remató el crucero y estableció los cimientos para edificar la torre, acabada finalmente por Juan Bautista de Velasco en 1670. Un rayo destruyó el chapitel de la torre, reconstruido en estilo barroco en contraste con el renacentista del resto de la obra.