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NUEVO OBISPO EN LA DIÓCESIS

El prelado de Astorga aboga por «una solución entre todos» al declive minero

Apuesta porque fieles abran los templos del medio rural para «no perder el domingo».

El obispo de Astorga tras abrir la puerta de la basílica de la Encina y declarar abierto el Año Jubilar de la Misericordia.

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j. c. f. | ponferrada
Ponferrada

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De Covadonga a La Encina — «yo soy muy devoto de la Virgen», reconoció el nuevo prelado de la Diócesis de Astorga, Juan Antonio Menéndez—. Pese a los más de 200 kilómetros de distancia que separan ambos puntos, monseñor Menéndez se ha encontrado con un escenario que no le es ajeno: la situación de declive en la que se encuentran las cuencas mineras bercianas no difiere en nada a la situación que están atravesando las comarcas asturianas —hasta este sábado Monseñor Menéndez era obispo auxiliar en Oviedo— .

Una situación que ha llevado al nuevo obispo de la Diócesis de Astorga, que este domingo eligió Ponferrada para comenzar a acercarse a su obispalía, a abogar por «buscar una solución entre todos para ayudar a la ciudadanía a encontrar trabajo y sostener a las familias, que es lo más importante».

Monseñor Menéndez no dudó en brindar su colaboración a las administraciones responsables de ello, poniendo como ejemplo la labor que realiza la Iglesia a través de Cáritas «ayudando a las personas que están en una situación difícil y no tienen trabajo».

El nuevo prelado de la Diócesis de Astorga fue recibido por representantes de la corporación municipal ponferradina, así como representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a las puertas de la Casa Consistorial, en la Plaza del Ayuntamiento, donde se congregó un centenar de vecinos para mostrarle su cariño, tque se hizo extensivo al anterior titular, Camilo Lorenzo, que le acompañó en la visita.

La alcaldesa, Gloria Fernández Merayo, fue la encargada de dar la bienvenida al prelado, apostando por dar continuidad a la «colaboración entre el Obispado y el Ayuntamiento», habida cuenta del «extenso patrimonio religioso con que cuenta este municipio».

Uno a uno, el nuevo obispo fue saludando a los representantes municipales presentes, entre los que no se encontraban concejales del PSOE —que excusaron su ausencia por estar en los colegios electorales— ni de Ponferrada en Común.

Monseñor Menéndez también se refirió a los ‘deberes’ que tiene por delante, tal y como le dejó apuntado la pasada semana el arcipreste de Ponferrada, y que no son otros que la falta de sacerdotes para cubrir las parroquias del medio rural del Bierzo. «Lo importante es que no perdamos los domingos», señaló, animando a los feligreses que se mantienen en los pueblos de la comarca a «abrir los templos los domingos, y rezar en conjunto un padrenuestro» en tanto en cuanto no se recuperan las vocaciones.

En este sentido, el nuevo prelado hizo un llamamiento a «escuchar la llamada del Señor», y no sólo a jóvenes, sino también a los mayores. En este punto recordó que recientemente había ordenado a dos sacerdotes de más de 65 años.

Tras la recepción oficial en la plaza del Ayuntamiento, el prelado se dirigió a la basílica de la Encina, donde celebró una eucaristía y abrió el Año Jubilar de la Misericordia a todo el Bierzo.