Jueces, fiscales y abogados dan un suspenso a la Oficina Judicial de Ponferrada
El nuevo sistema, que cumplió seis meses en la pasada Nochebuena, adolece de medios técnicos y enrevesa gestión.
Funcionarios trabajando en una sala del nuevo edificio de la ampliación de los juzgados.
El día de Nochebuena se cumplieron exactamente seis meses de la entrada en servicio de la Oficina Judicial en Ponferrada. Un nuevo sistema de trabajo y gestión de la administración de Justicia cuyo fin principal es ofrecer un mejor servicio al ciudadano. Sin embargo, aunque aún necesita rodaje, ahora mismo el balance de lo conseguido no es precisamente bueno. Jueces, fiscales, resto de funcionarios y administrativos, abogados y procuradores no están, ni contentos, ni satisfechos con el nuevo método para lograr una mayor agilización en dicha administración de Justicia en el ámbito del Partido Judicial de Ponferrada.
Silvia Martínez Cantón es la juez decana y al preguntarle este periódico por su valoración se muestra rotunda al afirmar que, por lo pronto, no se ha cumplido el objetivo de mejora. Asegura que hay una serie de motivos y cuestiones que deben ser abordadas para lograr precisamente los objetivos para los que fue creada la Oficina Judicial de Ponferrada.
Lo primero que aprecia la juez decana es que este sistema se ha implantado sin existir una «previsión suficiente» de lo iba a suponer todo ello. «Esto ha supuesto que se ha realizado con una falta de medios», indica Martínez Cantón. Por ejemplo, la nueva OJ estaba pensada para implantar el expediente digital y éste debería haberse implantado de forma simultánea. Sin embargo, hasta el próximo 1 de enero no será una realidad. Estos últimos seis meses han sido un verdadero quebradero de cabeza para todos los que trabajan en los juzgados bercianos.
Así, no cuentan con el sistema de firmas previsto para los letrados de la administración de Justicia. Una cuestión de la que se quejan los responsables del Colegio de Abogados bercianos, a cuyo frente se encuentra Ángel Suárez. Esto ha dado lugar a la utilización masiva de papel, cuando la previsión del Ministerio era precisamente la desaparición del papel en la gestión.
No sólo se ha dado esta situación, sino que se ha ocasionado una duplicidad de tareas, puesto que por un lado están trabajando con este casi expediente digital, con recepción de los escritos digitalizados; pero por otro hay que incorporarlo a un procedimiento que no está ni mucho menos digitalizado. Está en papel. Con lo cual, el trabajo de impresión recae sobre la propia OJ, con doble trabajo.
Los funcionarios también se han encontrado con que un trámite que antes se realizaba en un único paso y en un único día —en un momento, mediante la comunicación directa entre juzgados— ahora requiere de un tránsito por varios servicios hasta que llega al juzgado que lo solicita y el que tiene que dar ese documento tiene una espera por varios servicios hasta que llega, que puede durar días. «Antes, sencillamente era acercarte al juzgado requerido y volver con el papel», resume a modo de ejemplo la juez decana de Ponferrada.