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El nuevo Plan Hidrológico de la Miño Sil priorizará la mejora del Canal Bajo

Lo considera necesario para eliminar defectos de depuración y mejorar el estado de las aguas.

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m. carro | ponferrada
Ponferrada

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El Consejo de Ministros cerró ayer el segundo ciclo de planificación hidrológica en todas las cuencas competencia del Estado con la aprobación, mediante Real Decreto, de los doce planes hidrológicos de competencia estatal que afectan a las demarcaciones hidrográficas del Cantábrico Occidental, Cantábrico Oriental, Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Segura, Júcar, Ebro, Ceuta y Melilla. Ello garantiza la seguridad de los cauces adscritos a estos organismos de cuenca hasta el año 2021 con una inversión global de 17.500 millones de euros. De ellos, el programa de inversiones previsto por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil supera los 400 millones de euros para el ejecución, en este caso hasta 2027, de más de 490 medidas entre las que no faltarán la mejora del Canal Bajo del Bierzo. Este es uno de los objetivos del ente hidrográfico para los próximos años, entre otras cosas porque el estado de esta presa de regadío afecta directamente al funcionamiento del sistema de depuración de la Edar de Villadepalos.

Por lo tanto, la Miño-Sil destinará en la próxima década 46 millones de euros a la mejora de la eficiencia del regadío, «principalmente en el Bajo Bierzo y en la cuenca del Limia», según confirmaron ayer fuentes de la Confederación. La modernización del regadío del Canal Bajo está incluida en el nuevo plan hidrológico como «una actuación necesaria para conseguir los objetivos medioambientales de mejorar el estado de las masas de agua. Un defecto de las depuraciones en el Sil está motivado por no haberse ejecutado esa modernización», explicó ayer el presidente, Francisco Marín, en declaraciones a la emisora Radio Bierzo.

Además de la mejora de los regadíos, entre las inversiones prevista por la CHMS para alcanzar los objetivos destacan los 223 millones para la mejora del saneamiento y la depuración, 36 millones para la satisfacción de las demandas y medidas específicas de protección de agua potable, 25 millones de euros para la restauración ambiental de ríos, siendo el objeto principal mejorar la conectividad longitudinal y la vegetación de ribera; u otros 40 millones para la gestión de inundaciones (prevención, protección y preparación frente a las mismas).

Con todo ello, los objetivos del nuevo plan son «conseguir el buen estado y la adecuada protección del dominio público hidráulico, la satisfacción de las demandas incrementando la disponibilidad de recurso y racionalizando sus usos en armonía con el medio ambiente y los demás recursos naturales, y eliminar el mayor número de vertidos para mejorar la calidad del medio hídrico, intentando compatibilizar al máximo el uso del agua con el medio ambiente».

Diagnóstico de la cuenca

Según los datos aportados por la CHMS, el 76% de las masas de agua superficial que existen en la demarcación del Miño-Sil están en buen estado, si bien «se han detectado importantes afecciones de carácter hidromorfológico y de contaminación que es necesario ir reduciendo». Se trata de afecciones relacionadas con el uso del agua (principalmente del uso hidroeléctrico), contaminación difusa (agricultura y ganadería) y por la actividad minera extractiva.

En lo que respecta a las masas de agua subterráneas, la cubeta del Bierzo presenta un «mal estado químico» por «plaguicidas provenientes de la actividad agrícola».

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