«Pido mil perdones, lo siento»
Antes de que el juez declarara los hechos vistos para sentencia, se dio la oportunidad de hablar por última vez al acusado. R.P.. F. dijo sentirse «profundamente avergonzado» y pidió «mil perdones» a las familias, a los padres y a los menores que «confiaron en mí» y también a la asociación madrileña de la que formaba parte y que era la que organizó los campamentos de verano en Carucedo y Cáceres. Dijo no tener intención de hacer daño a los niños y sentirse «muy dolido» porque después de muchos años trabajando como monitor en una piscina, nunca había hecho daño a ningún niño. «Pido mil perdones, lo siento mucho», concluyó.